En Urduliz, Bizkaia. Podemos encontrar la micro-cervecería Etxeandia, donde Jon (cervecero artesano) elabora junto a su familia unas 7 variedades de cerveza bautizadas con los nombres mitológicos vascos: Lamiak, una cerveza de trigo tostado; Mari cerveza rubia estilo lager o la “distinta” Ánfora, que se sumerge 10 meses bajo el mar de Plentzia, en ánforas de cerámica de 1 litro. Esta última referencia, es totalmente novedosa, ya que nadie había experimentado sumergir cerveza bajo del mar.

Así que Jon se pone en marcha junto a la empresa vizcaína Bajo­elagua Factory a preparar las ánforas, se­llarlas e introducirlas en jaulas de hierro por debajo de los 15 metros submarinos, ya que en el mar conseguimos una temperatura constante, una presión ideal y poca luz, con lo que la cerveza se conservará en perfectas condiciones

La experiencia fue gratificante, los cambios fueron positivos y consiguieron una cerveza más amarga, con toques picantes y con esa curiosidad de madurarla 10 meses en el agua. Obviamente los costes de fabricar esta cerveza son superiores, ya que además de instalarla, submarinistas profesionales deben acudir a ver las jaulas regularmente, la ánfora de cerámica es cara... el caso es que nos sale a 45 euros el litro. Pero no tiene nada que ver con los precios de sus cervezas en formato de botella de 33cl que podemos encontrar por 2 euros en tiendas especializadas o en su micro-cervecería de Urduliz. Si tenéis la oportunidad de visitarlos no os penséis que vais a ver una fábrica de cervezas con tecnología punta, sino que veréis algo familiar, pequeño, funcional y sobre todo artesano. No utilizan ni filtros, ni siquiera pasteurizan y utilizan un 90% maltas de Euskal Herria. Cuentan con una plantación de varios lúpulos en Urduliz además de laboratorios de levaduras locales. No dudéis en probar esta cerveza bizkaitarra si algún día vais por la margen derecha del Nervión.

Nota: del 8 al 10 de marzo se celebra el Barcelona beer festival. Nos vemos allí. Salud!

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