C´EST LA BOURGOGNE...!!

| nº 130 | jun 2015

El pasado 13 de Mayo celebramos en ESSENCIA nuestro encuentro anual con el gran Iñaki Gómez Legorburu, experto en vinos de Borgoña. La sesión fue de nuevo francamente espectacular. Pero...¿qué tendrán los vinos de Borgoña para que nos gusten tanto? ¿Qué es lo que hace que sean vinos tan emocionantes? Podríamos empezar por la belleza de la región, con sus campiñas y verdes bosques y con ese aire medieval tan elegante y perfectamente preservado en el tiempo. Su historia es apasionante, siempre protagonizada por las órdenes eclesiásticas, las cuales fueron el origen de la viticultura en la región y de todo el actual sistema de clasificación de crus. El clima frío y austero, necesario para que los aromas de sus uvas destaquen en elegancia y los vinos resulten frescos, vivos, inquietos y deseados. La Pinot Noir y la Chardonnay, capaces de reconocer que no son ellas las protagonistas de la película, que son actrices secundarias aunque imprescindibles, que en la humildad está su grandeza y que ahí está el suelo y que es él quien manda, quien dará sentido a la historia que cuente cada vino. El rigor y el trabajo de los viticultores, sabedores de lo que han hecho por ellos sus padres, sus abuelos y los abuelos de sus abuelos, lo cual transmitirán a sus hijos y a sus nietos.

Por todo esto y por muchas cosas más, los vinos de Borgoña resultan únicos e inigualables. Son vinos plenos de emoción.

Tras una breve y concisa explicación por parte de Iñaki acerca de las características de la región, nos pusimos manos a la obra. Seis magníficos y personalísimos vinos fueron los protagonistas de la tarde noche: Jean Manciat Saint-Véran 2013, Henri Prudhon Saint-Aubin 1er Cru En Remilly 2012, Patrick Piuze Chablis Grand Cru Les Preuses 2012, Domaine Lafouge Auxey-Duresses 2013, Alain Michelot Nuits-Saint-Georges 1er Cru Les Cailles 2010 y Pierre Bourée Charmes-Chambertin Grand Cru 2010.

Tal y como he comentado antes, todos ellos sensacionales, aunque destacaría de entre todos el 1er Cru En Remilly de Prudhon, un auténtico ejemplo de elegancia, mineralidad y verticalidad en un vino.

Tras la cata y antes de la cena, dimos cuenta de un Nuits-Saint-Georges 1er Cru Chateau Gris Monopole 1964 de Lupe-Cholet en magnum, un auténtico lujazo.

La cena estuvo sin duda a la altura, compuesta por carpaccio de cabezada con rabanitos, tartar de atún rojo, anchoas de Pasai Donibane, txipirones a la andaluza, costilla de euskaltxerri y tabla de quesos. Todo ello bien regado con Pierre Bourée Bourgogne 2011 y Henri Prudhon Bourgogne 2013.

Una jornada inolvidable.

C'est la Bourgogne...!