Essencia de Vid

TXIT

| nº 181 | octubre 2019

Los que seguís mis artículos sabéis perfectamente que si hay una sidrería que me pierde, esa es Urbitarte

Siempre he sido bastante crítico con el mundillo de las sidrerías locales. Pienso que tienen muchísimas posibilidades y un campo enorme por recorrer, pero los sidreros se sienten demasiado cómodos con los rendimientos que les proporciona el restaurante, dejando un poco de lado la búsqueda de la mejora en la calidad de sus sidras. Resulta en parte comprensible, debido al escaso margen que reporta a sus arcas la sidra embotellada, ¿o creéis que se puede ganar mucho dinero vendiendo botellas a 1 euro? Tan sólo hay que pensar en el coste del vidrio, etiqueta, cápsula, materia prima, recursos humanos, etc. A mí no me salen las cuentas.

Recientemente se ha creado la denominación de origen Euskal Sagardoa, que tiene precisamente como objetivo ahondar en el aumento de calidad de esta bebida tan nuestra, facilitando la dignificación del trabajo del sidrero, consiguiendo no sólo márgenes de venta más amplios, sino la satisfacción personal de un trabajo bien hecho que anime a las futuras generaciones a continuar con un trabajo productivo y gratificante. Supone también un importante paso hacia adelante en la reivindicación de un producto 100% local y con identidad propia. Esta entidad, anhelada por casi todos desde hace muchos años, deberá incentivar no sólo la búsqueda de la mejora de las sidras tradicionales, sino la investigación y la creación de nuevas alternativas que complementen los productos actuales.

Desde hace unos años, algunos productores vienen haciendo un buen trabajo de investigación y creación de nuevas elaboraciones que amplíen el abanico de posibilidades. Sidrerías como Ohiarte, Astarbe, Zapiain o Urbitarte, han introducido en el mercado nuevas y muy interesantes propuestas: sidras espumosas, monovarietales, dulces, etc. En este momento álgido en que se encuentra nuestra gastronomía y teniendo el turismo como uno de los motores de nuestra economía, deberían incluirse, desde ya mismo, estas nuevas tendencias bajo la protección de la D.O. De esta manera se rentabilizaría mucho mejor el trabajo que supone la elaboración de sidra, reforzando el valor al alza de nuestras sidras más tradicionales.

Los que seguís mis artículos sabéis perfectamente que, si hay una sidrería que me pierde, esa es Urbitarte. Aunque tiene una demanda bastante mayor que su oferta, la cabeza de Demetrio nunca para de maquinar en la búsqueda de nuevas opciones. Recientemente ha sacado al mercado un nuevo concepto de sidra. Txit se llama y se presenta en formato de 37’5 cl., media botella, con más burbujas de lo habitual y ligeramente abocada, intentando emular a las sidras inglesas aunque con el inigualable “estilo Urbitarte”. Para beber en vaso, copa o de la botella directamente... Tamaño y estilo perfecto para servirla en cualquier taberna que tenga la mínima inquietud por servir cosas ricas. Una bebida local, sabrosa, natural, baja en alcohol, versátil... No olvidemos que la sidra es parte de nuestra cultura y tenemos la responsabilidad de contribuir a mantenerla.

¡Salud!

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