Josema eta Ritxar, eskerrikasko! Durante este tiempo de caos que ha durado esta pandemia nos habéis demostrado que la familia importa, que la unión hace la fuerza y que las penas, en compañía, pesan menos.
Poco importa que no hayáis cobrado un duro, que los bares y restaurantes permanecieran cerrados, que el miedo nos haya vuelto esquivos y temerosos.
¡Vosotros, a lo vuestro! Emplatándonos la realidad y marinándola con vuestro humor, irreverencia y cariño. Sirviendo un trago amargo, muchas veces, con la mejor sonrisa. No os ha quedado más remedio, lo sabemos. Os queremos.
Adoramos pertenecer a esta Gran Familia que es la hostelería, con sus luces y sombras, porque como en todas las familias, en la nuestra hay de TODO.
Ese hostelero que sigue abriendo cada mañana la persiana, canturreando, esperando a los primeros clientes, fieles, a los que saluda como si fueran hermanos, con mimos y quejas por igual.
Esa hostelera incansable, que organiza, compra, prepara, sirve, vigila y comprueba que todo sea como tiene que ser, librando una épica batalla todos los días.
Ese chaval que puso un bar por que no tenía donde caerse muerto y que “casualidades de la vida” le ha ido fenomenal. Detrás, esfuerzo, muchas ganas y duro trabajo.
Esas jóvenes, que despues de conseguir estudiar hostelería, porque, madre mía, es un trabajo muy esclavo, abren por fín su propio negocio y aprenden, se equivocan, se crecen y la gozan.
Nosotras, la una hija de hosteleros y la otra hija de txikiteros, que nos hemos criado con todos ellos, sentimos tener el tesoro más grande del mundo, la mejor familia. Una comunidad en la que se vive conjuntamente y cada uno aporta lo que tiene, sea lo que sea.
Por eso queremos extender el abrazo más cálido a todas esas familias hosteleras que se dejan la piel todos los días y animarles a seguir. A seguir cocinando con amor, servir con diligencia y otear el futuro con esperanza, porque lo difícil ya está hecho!
Aquí nuestra pequeña aportación, una receta sostenible para adaptarnos a los nuevos tiempos, con ingredientes muy cercanos a la península y de larga tradición mediterránea con la que podemos hacer las delicias de toda la familia, éxito asegurado.
FALAFEL CON RAITA
INGREDIENTES:
Para el falafel:
- 100 g Garbanzos secos remojados 24 h.
- Una cebolla hermosa; Dos ajos pelados
- Un calabacín
- Comino
- Sal
- Pimienta negra
- Pan rallado o harina de avena sin gluten (para corregir la textura)
Para el raita:
- Un bote grande de yogurt cremoso
- Un pepino
- Medio limón
- Sal
- Menta fresca o hierbabuena
PROCESO:
Triturar los garbanzos en una procesadora de alimentos. Añadir la cebolla en cubos, los ajos, el calabacín, el comino, la sal y la pimienta. Triturar otra vez conjuntamente hasta que resulte una mezcla no pastosa, es decir que se vean trocitos de garbanzo pero no excesivamente grandes.
Dejar reposar en un bol mientras preparamos el raita.
Disponer en un bote amplio de cristal con tapa el yogur, el pepino lavado y rallado con piel, el zumo de limón y la ralladura del limón y la sal. Cerrar la tapa y agitar enérgicamente.
Picar finamente la menta, agregar al preparado y corregir de sal. Disponer una sartén con fondo para freír el falafel. Verter aceite de girasol y calentar sin que eche humo. Con las manos humedecidas coger montoncitos de pasta y dar forma de bola, aplastando ligeramente. Freír hasta dorar y reservar en papel absorbente, para después servir con el raita y una generosa ensalada verde y a disfrutar todos juntos, onegin familia!!
EQUILIBRANDO
ANNE OTEGI
OSOA sukaldaritza&ikaskuntza
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Etiquetas: nº 189 - julio 2020