Sábado, 23 Noviembre 2024

Éste es el verano que no es verano. Supongo que coinciden ustedes conmigo en tal afirmación puesto que al igual que servidora se encontrarán en este limbo de trabajo y días de asueto poco aprovechados.

Yo por mi parte hago lo que puedo, teniendo en cuenta la situación actual mundial, que es de agárrate y no te menees y mi situación particular, autónoma que trabaja para la hostelería, dos hijos y una mudanza en curso. Así que he decidido volver a los básicos.

Los básicos tienen grandes ventajas, aportan seguridad y confort que viene a ser justo lo que necesitamos  en períodos de estrés emocional, concepto que ya dominamos por fuerza mayor.

Los básicos también nos aportan confianza, son recetas que todos dominamos en mayor o menor medida o que por  ser invitados habituales a nuestra mesa creemos conocer. ¡Ojo cuidado! Las cosas no siempre son lo que parecen y la aparente sencillez es más complicada de ejecutar de lo que creemos.

Una vez conseguido salvar este escollo los básicos nos abren las puertas a un mundo sin límites y sobre todo sin complejos. Basta utilizar la imaginación y tener ganas de jugar.

Hablemos de Salmorejo, Cordobés de apellido. El salmorejo es un plato moderno, por lo menos éste que nos sirven a día de hoy, rojo como el carmín de joven lozana. Antiguamente debía de existir una preparación culinaria, antecesora de la porra antequerana para más señas. Este plato consistía en miga de pan asentao, aceite y vinagre, donde la cocinera apañaba con lo que tenía una vianda para toda la familia. Después llegó el tomate.

Personalmente el salmorejo es un básico que me chifla. Verano, calor insoportable y sudor profuso, el escenario perfecto para meterte un platazo y quedarte más ancha que pancha. 

¿Quieren más? El licopeno del tomate hace que nuestra piel esté protegida de los rayos UVA además de dejarla brillante y tersa. Ese mismo tomate lleno de vitaminas, contiene mucha agua y fibra para reponer todos los líquidos que sudamos. ¿Engorda? Todo engorda mis amores, pero teniendo en cuenta que el pan que añadimos sirve solo para dar consistencia a la mezcla podéis hasta prescindir de él.

Estoy que lo doy todo. Además de la receta al uso, añado dos versiones para alegraros el verano, que falta nos hace.

 

SALMOREJO CORDOBÉS

INGREDIENTES:

  • Pan viejo, solo la miga;
  • Un kilo de tomate maduro, casi pasao
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Vinagre
  • Jamón del bueno
  • Huevo cocido

 

ELABORACIÓN:

En un bol, desmenuzamos la miga de pan. Añadimos los tomates, lavados y troceados en cuartos. Si, la piel también.

Aliñamos como si fuese una ensalada, pero tres veces más.

Nos lavamos las manos por enésima vez y restregamos y mezclamos todo. Lo dejamos a gusto 30 minutos y después lo pasamos por el turmix. Emplatamos en plato hondo, rallamos el huevo y troceamos el jamón por encima.

 

VERSIÓN MARINERA:

El salmorejo se prepara igual. Al emplatar añadimos bonito en daditos apenas pasado por la sartén, pimientos verdes fritos y cebolla pochada.

 

>VERSIÓN VEGANA:

El salmorejo se prepara igual. Salteamos unas lascas de zanahoria y unas puntas de espárragos trigueros. Al emplatar picamos finita una cebolleta. Un aguacate en cubitos. Et voilà.

 

 

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ANNE OTEGI

OSOA sukaldaritza&ikaskuntza
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Etiquetas: nº 190 - agosto 2020

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