2020 es el año en el que todo está perdido.
Los protocolos medioambientales no se han cumplido.
Las clases sociales están más distanciadas que nunca.
Los políticos nos generan más desconfianza que nunca.
Pinta negro. ¿Verdad?
Soy de naturaleza optimista, no de esa que ve el lado bueno de la vida, más bien de la que ve que todo está por hacer. TODO.
Como por ejemplo revisar de manera urgente nuestros hábitos de consumo, esos que hacen que la industria alimentaria produzca miles de millones de comestibles, que no COMIDA, para que nosotros podamos consumirlos.
Apelo a vuestro sentido común y pido la cuenta de la vieja.
¿Desayuno con leche? Proteína animal.
¿Hamaiketako con tortilla o jamón? Proteína animal.
¿Pescado o carne a la hora de comer? Proteína animal.
¿Meriendo embutido o yogur? Proteína animal.
¿Huevo, carne, pescado para cenar? Proteína animal.
No, no quiero haceros veganos. Pero consumir CADA DÍA cinco porciones de proteína animal genera muchos problemas de salud, medioambientales, de ética e incluso de clases sociales. A nadie se le escapa que para producir tanta carne es necesaria una ganadería intensiva con unas repercusiones nefastas.
Existen alternativas; la primera consumir menos proteína animal, si , soy pesada. La segunda, consumir lo que compramos, “aquí no se tira nada”, que diría mi abuela.
La tercera, informarse de lo que comemos y de donde viene lo que comemos. Por que también existe la ganaderia extensiva ecológica, que respeta al animal y el terreno de manera loable.
Conocer y apreciar el trabajo que realizan los agricultores, ganaderos, pescadores y demás activistas alimentarios es fundamental para una sociedad más equilibrada. Sin ese equilibrio todos sufriremos. Nuestros hijos los que más.
Así que no olviden los buenos propósitos de este 2020 y cuentenles a sus vástagos donde pastaban las vacas, como se revolcaban los cerdos y lo rica que estaba la fruta recién cogida del árbol. Seguro que les encanta el cuento.
QUITAPENAS
Plato contundente para una cena, recuperando el ánimo y lo que queda en la nevera.
INGREDIENTES:
- Los huesos del pollo o las espinas del pescado del asado del domingo.
- Verduras al gusto o las disponibles.
- Pasta o fideos que tengamos a mano, chinos, de siempre, tallarines o macarrones.
- Para aderezar, salsa de soja y medio limón olvidado. Especias, al gusto.
ELABORACIÓN:
En la olla expres, por ahorrar energía, disponemos los huesos o espinas y las rehogamos con un poco de aceite. Añadir las hojas exteriores limpias de las hortalizas, agua fría hasta cubrir con holgura y un pellizco de sal. Cocer a presión durante 30 min.
Picar el resto de las verduras, alternando cortes para un resultado vistoso. Dorar en una cazuela y añadir el caldo anterior. Llevar a ebullición y agregar la pasta cociendo como indique.
Servir en tazón individual y aderezar con un chorrito de salsa de soja y otro de zumo de limón.
EQUILIBRANDO
ANNE OTEGI
OSOA sukaldaritza&ikaskuntza
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Etiquetas: nº 184 - enero 2020