Que levante la mano, aquel o aquella, que no conozca, sufra y bucee en el mundo de las proteinas vegetales. ¿Ya estamos tod@s? Pues al lío.
La soja, Glycine max, es una legumbre oriental milenaria. Hasta aquí todo bien; los chinos la ingieren desde pequeñitos y casi a diario. Pero los chinos, por centrarnos en alguna nacionalidad oriental, no toman leche de soja si no que la cuajan con sales de calcio y cocinan ese queso de soja llamado tofu. ¿Y que más dará? Pues da. Al ser una legumbre, la soja posee mucha fibra vegetal que si no es procesada adecuadamente, es decir, cocida, no es digerible ni asimilable y terminas echándote pedos o una estupenda diarrea te alegra el día.
Existen otras maneras de cocinar la soja como fermentarla o germinarla, lo cual deriva en tempeh y los mundialmente famosos, brotes de soja respectivamente. Estos procesos hacen que los compuestos beneficiosos de la soja sean biodisponibles para nuestro organismo. Y digo beneficiosos, porque lo son, y mucho.
La soja es pura proteína vegetal de alto valor biológico repleta de Vitamina B6, montonazos de hierro y magnesio. Aporta los 8 aminoácidos esenciales en la edad adulta y por ello es una opción saludable para sustituir la carne.
Si aún y todo seguís comiendo carne, que sepáis que también os viene fenomenal puesto que las isoflavonas de la soja, reducen el colesterol en sangre. Asimismo, los fitoestrógenos que contiene ayudan a regular los procesos menstruales y menopaúsicos en las mujeres.
¿Estrógenos? ¿Isoflavonas? ¿Cáncer?
Los estudios que asocian el cáncer con la soja derivan del uso de sus componentes de manera aislada y como complementos alimenticios. Por eso, mucho cuidado con tomar ningún suplemento sin receta médica. Pero sin ánimo de crear alarmismo, ingerir alimentos derivados de la soja una o dos veces por semana es saludable. Aseguraos de comer alimentos completos, de manera equilibrada y variada. Sin obsesiones, sin complejos y con conciencia. Ecológicos y biodinámicos, en la medida de lo posible, que respetan nuestro cuerpo y nuestro entorno.
Para finalizar, un dato que quizá nos haga replantearnos nuestras costumbres alimenticias. Para un kilo de proteína de origen animal son necesarios entre 3 kg y 20 kg de origen vegetal que alimenten a ese animal. Esto es solo la punta del iceberg que forman la industria agroalimentaria, farmacéutica y la sociedad de consumo, desmesurado, de hoy en día
Síguenos en Facebook e Instagram @osoa
HAPPY TOFU EXPRESS
INGREDIENTES:
- Verduras que tengas en casa, por ejemplo, cebolla, zanahoria y calabacín
- Un paquete de tofu natural o ahumado (para amantes del Idiazabal)
- Ajo y pimentón (curan 7 enfermedades y eso te pone contento, ¡fijo!)
- Aceite de oliva virgen extra y sal marina.
ELABORACIÓN:
Laminar el ajo. Cortar las verduras en juliana. Cortar el tofu en daditos. En una sartén amplia echar un buen chorro de aceite y rehogar a fuego fuerte el ajo con todas las verduras. En cuanto tomen color, añadir el tofu, dorarlo un poco y acabar el plato con sal y pimentón.
Plato OSOA. Añade pasta o arroz y una ensalada de hojas verdes y tendrás un plato completo y equilibrado.
EQUILIBRANDO
ANNE OTEGI
OSOA sukaldaritza&ikaskuntza
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Etiquetas: nº 166 | julio 2018