Los refranes esconden grandes verdades en su interior aunque a veces nos suenen viejunos. La gran frase que encabeza el artículo es una de ellas, por que claro, me diréis, ¡ya no venden gato por liebre! Pues no, pero sí que nos venden productos alimenticios por alimentos y apreciadas/os lectoras/es, no es lo mismo.
No es lo mismo una pechuga de pollo del caserío del marido de la vecina del segundo o un preparado cárnico de pollo con aditivos, emulgentes, agua, proteínas lácteas y proteínas de soja. ¿A que no?
Yo leo siempre, siempre, el etiquetado de los productos que compro; al principio tardas una vida en hacer la compra, no os voy a engañar, pero luego simplificas. Las etiquetas que lleven más de 5 ingredientes o que no entiendo/no se pronunciar no son de compra habitual.
Los alimentos siguen siendo los mismos desde hace miles de años: verduras, frutas, legumbres, huevos, leche, carne y pescado… no hay más. Y sí, hay que cocinarlos o procesarlos para poder digerirlos adecuadamente, por que eso es cocinar. Cocinamos para nutrirnos, ¡que no se nos olvide por favor!
Así que alimentos de verdad, sin pesticidas, sin alteraciones genéticas, de cercanía, para que sean de verdad frescos: cocinados con simpleza y amor. Os puedo asegurar que son la clave de un estomago feliz.
Por eso ni gato ni liebre, “conejo asado al vino blanco y ensalada de rabanitos encurtidos”.
La carne de conejo nos aporta proteína de muy buena calidad que ayuda a fortalecer nuestros músculos y tendones por ejemplo, para los paseos otoñales por el monte. Los rabanitos encurtidos regulan y mejoran la flora intestinal, ayudan a digerir la proteína animal y casi hacen milagros. Contienen antioxidantes, propiedades diuréticas, limpian la sangre, bajan la tensión y al ser de la familia de las crucíferas, protegen frente al cáncer.
CONEJO ASADO AL VINO BLANCO Y ENSALADA DE RABANITOS ENCURTIDOS
INGREDIENTES:
- Un conejo golpeado
- Ajos
- Sal
- Aceite.
- Vino blanco
- Rabanitos
- Mézclum de hoja verde
- Vinagre de umeboshi o de manzana
ELABORACIÓN:
Precalentar el horno a 200º. Preparar el conejo en la bandeja del horno embadurnado de aceite y salpimentado (a ser posible con las manos que da gustito).
Hornearlo 30 minutos. Regarlo con un vaso hermoso de vino blanco. Terminar de hornear 10 minutos.
Mientras terminamos el conejo laminar en rodajas los rabanitos y cubrirlos con el vinagre de umeboshi.
Pasados 10 minutos escurrirlos y disponerlos en una fuente con el mézclum. Aliñar con aceite y servir.
Nota: El vinagre de umeboshi lo encontrareis en herboristerías. Es el liquido resultante de la maceración de ciruelas japonesas en sal. Probiótico potente natural.
¡Una joya!
EQUILIBRANDO
ANNE OTEGI
OSOA sukaldaritza&ikaskuntza
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Etiquetas: nº 169 | octubre 2018