UN DÍA PARA EL RECUERDO
"Ha sido una cata excepcional", "será difícil mejorar esto", "muchísimas gracias por organizar estas cosas" o "la mejor cata en la que he estado nunca". Son algunas de las frases que escuchamos de boca de los asistentes a nuestra última "Sesión enófila" protagonizada por el gran Pepe Ferrer en ESSENCIA el pasado 17 de Noviembre sobre amontillados y palo cortados.
Pepe Ferrer es periodista de profesión, aunque trabaja para el consejo regulador de la D.O. Jerez-Manzanilla de Sanlúcar como "Embajador del Jerez para la gastronomía". Ciertamente no se me ocurre otra persona que pudiera hacer mejor esta función. Se trata de un comunicador magistral, transmite con pasión y conocimiento, maneja los tiempos a la perfección, mantiene la atención de los asistentes y tiene ese sentido del humor sureño que tanto nos gusta en el norte. Vamos, un auténtico fuera de serie.
Si a esto añadimos la calidad de todos y cada uno de los vinos que se cataron y la exclusividad y excepcionalidad de algunos de ellos, el propio resultado explica las frases de emoción de los asistentes.
Comenzó la sesión con "Las 30 del cuadrado" de Bodegas Hidalgo La Gitana, un blanco de Palomino catado a ciegas donde más que a Cádiz, te recuerda a regiones mucho más norteñas por su frescura y estructura. A continuación se cató "La Panesa" de Bodegas Hidalgo, un fino que representa el límite de la crianza biológica, ese momento en el que el vino no ha comenzado aún con el proceso de oxidación que sufriría al ir descendiendo de manera considerable las levaduras de su velo de flor. Sirvió de preámbulo a un desfile de fantásticos amontillados: Gutiérrez Colosía de Bodegas Gutiérrez Colosía, Tío Diego de Bodegas Valdespino, El Tresillo de Bodegas Hidalgo, Quo Vadis de Delgado Zuleta y Conde de Aldama de Bodegas Yuste. Todos y cada uno de ellos con estilos bien diferentes y todos espectaculares. Destacó Quo Vadis, un magnífico amontillado que siempre me ha fascinado cuando he tenido la suerte de disfrutarlo. Pero, sin lugar a dudas, el Conde de Aldama fue la gran sorpresa de la tarde. Uno de los vinos más viejos que pueden encontrarse hoy en día en el marco de Jerez, un vino afilado y preciso, puro carácter, intenso y emocionante. Pelos de punta.
Ante la emoción del personal le llegó el turno a los palo cortados. Se sirvieron por este orden: Gutiérrez Colosía Solera Familiar de Bodegas Gutiérrez Colosía, De la Cruz de 1767 de Bodegas Arfe, Cruz Vieja de Bodegas Faustino González, Dos Cortados de Williams & Humbert, CP de Bodegas Valdespino y el Cuatro Cortados Solera Fundacional de González Byass. Me entusiasmó y sorprendió el Dos Cortados, un vino de extrema complejidad, con ese "nosequé" diferente que hace que destaque entre los demás. Y qué decir del Cuatro Cortados de González Byass, un vino viejísimo, tanto que pertenece a una de las botas adquiridas un par de días después de la Batalla de Trafalgar en octubre de ¡1805!. Se adquirió como viejísimo ya en la época, con lo que estamos hablando de un vino de al menos 250 años. ¡Madre mía! ¿qué es esto? Fue abrir la botella y el aroma llegó a todos los rincones de ESSENCIA, ¿por qué no existen ambientadores así? Intensidad desbocada en la boca, tensión sin igual, salinidad endiablada, sapidez extrema, longitud infinita y emoción, muchísima emoción. Francamente resulta complicado explicar algo tan excepcional, es necesario vivirlo. Qué afortunados fuimos de vivirlo y bebernos una pequeña parte de la historia de los vinos más emocionantes que existen en el mundo.
Profundamente agradecidos al gran Pepe Ferrer por este derroche de felicidad, a las bodegas que participaron en la cata y a todos los asistentes al acto, clientes y amigos de ESSENCIA.
En efecto, será difícil mejorarlo. ¡Salud!
ESENCIA DE VID
DANI CORMÁN
ESSENCIA WINE BAR & STORE
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