TODO UN CLÁSICO

| nº 127 | mar 2015

En multitud de ocasiones solemos referirnos a vinos clásicos o a vinos modernos cuando intentamos describir las características de estos. Por ejemplo, solemos entender como clásico a un vino que ha ido adquiriendo a lo largo de su proceso de crianza en barrica, generalmente prolongado, una serie de matices más bien debidos a ésta y no tanto al "carácter frutal" del vino. Por el contrario, cuando hablamos de vino "moderno" nos referimos, generalmente, a vinos de un corte donde el carácter frutal del vino prevalece frente al de la crianza, la cual no suele ser demasiado larga. Podríamos entender incluso también por un vino clásico de una determinada zona, aquel vino que lleva un tiempo considerable en el mercado con cierto éxito que lo avala.

Hace unos pocos días tuvimos en ESSENCIA una fantástica cata con Roberto Olivan, uno de los jóvenes valores vinícolas más interesantes del momento. Heredó viñedos muy viejos principalmente de garnacha en su pueblo natal, Viñaspre, en Rioja Alavesa y poco a poco se ha ido haciendo con alguna que otra parcela más. Roberto es un auténtico experto en suelos y elabora sus vinos de manera muy parecida a como lo hacían en el lugar muchos años atrás. Entonces se plantaban varias castas de uva mezcladas en un mismo viñedo, tintas y blancas, para después elaborar los vinos con todas las uvas juntas. La proporción de uva blanca en los vinos tintos podía incluso llegar al 60%, lo que aportaba finura aromática al vino, frutosidad y gran capacidad de envejecimiento debido a un pH más bajo. Esto es precisamente lo que hace Roberto, emplear ese concepto para elaborar vinos de parcelas concretas, con cepas blancas y tintas, algunas de ellas de más de cien años y así transmitir la personalidad e historia de sus viñas y sus gentes.

El resultado es todo un éxito. Vinos de una personalidad apabullante, finos pero intensos al mismo tiempo, frutales aunque con mucho trasfondo y complejidad detrás de ellos. ¿Podría decirse que los vinos de Roberto son clásicos por el hecho de hacerlo tal y como lo hacían sus antepasados? ¿Puede un vino de corte más bien moderno como el suyo denominarse clásico?

Las dudas se disipan rápidamente si acudimos al diccionario a buscar el significado de esta palabra.

Clásico: "digno de ser imitado"

Roberto, después de esta definición, podemos decir que tus vinos son auténticos clásicos no sólo de tu pueblo, sino del mundo del vino en general. Zorionak.