VIAJES Y VIÑEDOS
Todos tenemos nuestros ídolos de juventud. Cuando era un chaval, lo que más me gustaba era jugar a fútbol. No es que tuviera una única persona en quién fijarme, sino que jugadores como Arconada, López Ufarte, Satrus, Zamora, Aldridge o el sensacional Carlos Xabier eran para mi los más grandes y en los que más me fijaba. Qué tiempos los de Atotxa, los recuerdo con lágrimas en los ojos. Jamás se volverá a repetir. Aquello si que era ilusión por el fútbol. Un deporte emocionante. Grandísima pérdida la de Atotxa. Gran error su desaparición.
Según vas creciendo, son otras cosas las que te van llenando. Siempre me ha gustado escuchar la radio. Sobre todo han sido los programas de viajes mis favoritos. El gran Jesús Torquemada (menuda voz) con su fantástico y desgraciadamente desaparecido programa Brújula, en Herri Irratia. No estaba mal el todavía hoy existente Ser Aventureros, emitido sábado de seis a siete de la mañana, aunque parecía - y sigue pareciendo - que iban todos de gaupasa.
Pero el más grande, sin duda alguna, ha sido, es y será Levando Anclas, del insustituible Roge Blasco, en Radio Euskadi. Campechano, con esa voz humilde que jamás te esperas de una persona que lleva más de treinta años de éxito con el mismo programa. Escucharle, a él y a sus invitados, ha producido en muchas personas un gran deseo por viajar. Es de esos personajes capaz de crear pasión por una de las cosas más maravillosas que existe: viajar.
Unas cuantas rutas por Europa, Marruecos más tarde, pero sobre todo un maravilloso y emocionante viaje por la India y Nepal, con mi gran amigo -y actualmente cocinero de moda en Hong Kong- Pedro Sámper, cambió mi vida, mi forma de ver las cosas y de relativizar los problemas a los que nos enfrentamos habitualmente. Y todo esto gracias sobre todo a Roge, ¡Qué grande!
La pasión por el viaje no se apagó aquí, sino que al surgir nuevas motivaciones, el mundo del vino en este caso, hizo que mis viajes se centrasen en zonas donde el viñedo forma parte de su cultura y desarrollo. Desgraciadamente, mis compromisos actuales no posibilitan los viajes demasiado largos, aunque espero que en unos años estas experiencias algo más lejanas puedan convertirse en realidad.
Pienso que lo más bonito en esto del vino es conocer paisajes inundados de viñedos, personas inundadas de la pasión por hacer vino y culturas donde el buen hacer de estas personas inunda las tabernas y las buenas mesas del lugar. Algunos de mis mejores momentos se encuentran rodeados de estos paisajes y junto a estas personas.
Lo interesante es que estos grandes momentos no sólo forman parte del pasado, sino que cada vez que abres una de esas botellas, vuelves a disfrutar de esos momentos tan especiales vividos, vuelves a oler y a saborear tus mejores vivencias y desde luego, más que del pasado, forman parte del presente. ¿Será por esto que me gusta tanto el vino?
ESENCIA DE VID
DANI CORMÁN
ESSENCIA WINE BAR & STORE
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