Me estreno en esta nueva sección de cerveza con un tema sencillo: unir el mundo del vino y la cerveza artesanal.
Son bebidas diferentes de las que muchos disfrutamos por igual. Su elaboración difiere mucho: el vino se hace con uva prensada y fermentación larga, mientras que la cerveza artesanal es de fermentación corta y se elabora a partir de una cocción de maltas de cereal a la que vamos añadiendo los ingredientes en su justo momento, y no solo mosto de malta, lúpulo y levadura, admite un sin fin de ingredientes, entre ellos, las uvas.
El estilo Grape Ale se elabora mezclando mosto de uva con mosto de malta para una fermentación mixta. Un ejemplo es la colaboración de Mala Gissona, La Quince y Astiazaran Sagardoak, Txak or Lee, que han mezclado 20 % de mosto de Hondarribi zuri y 80 % de mosto de malta de cebada y avena.
Otra forma en la que están unidos el mundo del vino y la cerveza artesanal es con las barricas. Éstas también se usan en la maduración de diferentes estilos de cervezas aportando matices únicos según el vino que hayan contenido. Este sistema tiene mucha tradición en Europa. Un ejemplo es la cerveza de los italianos Cá Del Brado, Cerbero Purple Label, una Old Ale tradicional envejecida durante un año en barricas de vino con un 4% de Saba emiliana (mosto cocido de uvas Trebbiano).
Lejos de usar mosto de uvas o barricas que hayan contenido vino, otra manera de aportarle matices y aromas de vino a la cerveza es con los lúpulos. El más usado es el Nelson Sauvin, originario de Nueva Zelanda, que aporta unos aromas que recuerdan a los de la uva Sauvignon. Se usa mucho en Pale Ale e Ipa, aunque como ejemplo ponemos a los escoceses de Vault City y su Sour Ipa SIPA V3, ácida, amarga y lupulada con notas a uva blanca y cítrica.
Diferentes maneras de unir dos mundos que levantan pasiones. A veces nos dicen que elijamos, mamá o papá... ¡mejor ambos!.
CERVEZA
Artesana
Liteo Leibar
HOPA Beer Denda - Donostia
Etiquetas: nº 209 - abril 2022