REFORMA DE LAS CUOTAS DE AUTÓNOMOS
El sistema de los trabajadores adscritos al RETA, más comúnmente conocidos como autónomos, y los cambios en su cuota están en boca de muchos estos días. A veces puede resultar un poco complicado entender por un lado, las dificultades que enfrentan, y por otro, el impacto de esta subida en la economía base de estos trabajadores, así que voy a intentar resumir en unas líneas lo que se nos viene encima, porque si, lo confieso, yo también soy autónoma.
Un trabajador autónomo comienza a pagar desde que inicia su actividad laboral, es decir, desde el momento en el que se da de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. No importa que aún no perciba un solo euro por su trabajo, o que tenga que invertir todo lo que gana y parte de sus ahorros en mercancías o materiales para poder seguir trabajando, aquí se paga desde que se empieza.
¿Cuánto paga un autónomo? ¿cuánto se paga de seguridad social? Todo depende de la base de cotización seleccionada por el trabajador. Hay una cantidad mínima y una máxima, y será el trabajador quien seleccione la que mejor se ajusta a su actividad profesional, o a su capacidad económica. En 2021, estas cuotas llegaron al 30,3% de la base de la cotización. Así que, si hablamos de 2021, la base mínima quedó fijada en 944,40 euros y la base máxima en 4.070 euros. Las cuotas aplicables, por tanto, fueron de 286 euros en el primer caso y de 1.232 euros en el segundo. Así, un negocio que abre con un solo trabajador, sin clientela, empieza ya con un negativo mensual de 286 euros.
¿Qué va a pasar ahora con la reforma de las cuotas? La propuesta de reforma es de tipo progresivo, así que lo que realmente nos debería preocupar no es el futuro inmediato, sino el largo plazo. Para 2022 y hasta que se haga efectivo el nuevo sistema presentado por el Ministerio de Seguridad Social, la cuota de autónomos sufrirá un ligero incremento respecto al 2021. De los 286 euros mensuales por la base mínima del pasado año, en 2022 se llegará a los 294 euros; es decir, se ha producido una subida de 8 euros. En caso de que el trabajador autónomo cotice por la base máxima, la cuota ascenderá a 1.266,66 euros al mes.
Así, los cambios se establecerían a partir de 2023 de forma progresiva durante 9 años consecutivos con los siguientes criterios:
- El sistema de cotización de los autónomos se fija en 13 tramos, que se calculan en base a los ingresos del trabajador (pero sin determinar el periodo de referencia), la cifra inicial mínima sería para los que tienen ingresos de menos de 600 euros al mes, y la máxima para los que ingresan más de 4.050 euros al mes.
- Para aquellos autónomos cuyos ingresos se sitúen por debajo de los 600 euros, la cuota sería de 184 euros / mes y para aquellos que superan los 4.050 euros, les correspondería una cuota de 1.267 euros.
- Con carácter progresivo, en función de los rendimientos del trabajador, se establecerían las diferentes cuotas (teniendo en cuenta los 13 tramos fijados por el modelo). La nueva normativa introduce la posibilidad de modificar el tramo de base hasta seis veces al año.
En principio parece que las previsiones del Gobierno son de ahorro para los autónomos, sin embargo, la bondad del sistema dependerá en gran medida de cuál sea la fórmula elegida para calcular la base de cotización. Porque en algunos sectores, los ingresos son muy irregulares, como podría ser el caso de algunos negocios turísticos, en otros, como la abogacía hay un mes en el que se paraliza prácticamente la actividad, etc. En este escenario, y con tantas cuestiones sin resolver hay más sombras que luces y parece que la propuesta se centra demasiado en cuadrar las cuentas de la Seguridad Social y no tiene en cuenta el “plus de riesgo” que supone emprender y ser autónomo.
Según el sistema de tramos planteado por Escrivá, todo aquel afiliado al RETA que tenga unos rendimientos netos superiores a 1.125,9 euros al mes pagará más con el nuevo sistema (si no paga actualmente la cuota mínima). En un cálculo aproximado esto se traduce en que el 40% del colectivo pague más. Frente a esta previsión, el Ministerio de Seguridad Social ha calculado que dos de cada tres autónomos pagará menos, pero no queda muy claro.
Otra de las críticas que podría ponerse encima de la mesa, pero de las que el Gobierno no habla, es que cotizar en función de los ingresos también implica recibir prestaciones en función de esas cotizaciones. Y que las personas que pasen a pagar menos, también acumularán menos cotizaciones de cara a futuras prestaciones o la jubilación, que si en el caso de los autónomos, ya son de por si bajas, con este sistema bajarían aún más.
Tampoco parece que por parte del Gobierno se haya previsto nada sobre una prestación de desempleo similar a la que existe para los asalariados, pero para autónomos. Porque siendo claros, los autónomos no tienen derecho al paro, trabajan y cotizan, pero no ven reconocido ningún tipo de subsidio al mismo nivel que los trabajadores por cuenta ajena. Así es: ni prestación por desempleo ni subsidio por desempleo ni nada. Tan solo existe una ayuda por cese involuntario de la actividad, que se deniega, para hacernos una idea, en un 40% de los casos. Resulta un dato bastante esclarecedor de su efectividad.
Y éste es el escenario actual para los autónomos, y la previsión del futuro. Aún se puede mejorar, aún hay salvación porque la reforma no está aprobada, veremos en qué acaba.
DURA LEX SED LEX
Alazne Cano
Letrada - Col. 4461 ICAGI