NUGGETS DE POLLO

| nº 226 | octubre 2023

El otro día oía en una conversación “robada” lo fácil que era dar de cenar a los txikis unos nuggets y listo, “no me da trabajo y se quedan de contentos...! Además no manchas nada porque los saco del congelador y los meto directamente en la Airfryer”. No creo que si mirases bien cómo están hechos esos sospechosos trozos de “pollo” se los darías tan alegremente a los tuyos, ni rozarían tus labios hambrientos. Porque una se ha podido meter muchas cosas es la boca, entiéndase desde el aspecto gastronómico, pero claro, saber que la mayoría de esos pedacitos de ave albergan en su interior el reciclaje de huesos, tendones, pieles y grasas como una amalgama digna de cochiquera no ayuda. Y mucho menos sabiendo lo fácil que es hacer unos nuggets dignos, dejar contento al personal y salir a hombros sabiendo que cualquier comparación con aquellos de ese restaurante de la M amarilla o con los que salgan de la zona de congelados de una gran superficie nunca sería justa por no jugar las dos en la misma liga, ni la misma categoría… ni tan siquiera al mismo deporte.