EL ETIQUETADO NUTRICIONAL... ¡VAYA LÍO!!
Hoy en día, con la ingente oferta de productos ultraprocesados que tenemos al alcance de la mano, resulta imprescindible saber descifrar qué hay detrás de estos packagings llenos de colores, slogans sugerentes, imágenes maravillosas (no siempre acordes con la realidad del producto), declaraciones nutricionales super saludables (que muchas veces llevan a la confusión)... que hacen que sean a nuestros ojos productos deseables, pero que en muchos casos no son lo que las expectativas nos hacen creer.
Actualmente, de la mano de las nuevas tecnologías, han llegado diferentes apps que nos vuelven más descifrables estas etiquetas: leen la composición del alimento y ofrecen una recomendación de compra.
Las conclusiones, a las que ha llegado la Organización de Consumidores y Usuarios, tras haber analizado las diferentes aplicaciones para comprobar si cumplen con el objetivo para el que han sido diseñadas, o si por el contrario pueden llevar a equívocos, han dictaminado que se tratan de una herramienta que aporta una información incompleta y en algunos casos puede desencadenar valoraciones que sean erróneas. Lo positivo es que estas aplicaciones es que han hecho que la población sea consciente de la necesidad de saber interpretar estas etiquetas,y en algunos casos puede ser útil para comparar productos iguales.
Pero ¿Cómo interpretar el tedioso etiquetado de los productos? Lo primero es mirar el paquete 360º. Todo el envoltorio está lleno de información (obviando los aspectos normativos del origen, tratamiento, peso, trazabilidad, fechas de consumo preferente y caducidad …) vamos a comentar lo que atañe al ámbito dietético de la etiqueta alimentaria. El etiquetado se divide en tres bloques:
El Aspecto comercial:
Se sitúa en la parte frontal del paquete lleno de colores, slogans, fotos,declaraciones de salud… es el momento de intentar ignorar la imagen preconcebida que tienes del producto, que durante un tiempo previo nos han ido metiendo en la cabeza a través de estrategias de comunicación y marketing, que en muchas ocasiones maquillan el producto para presentarlo mejor de lo que es en realidad. Hay que tener cuidado con las declaraciones de salud y nutricional, debemos considerarlas como una información extra, pero no como el motivo por el que nos haga decantarnos por comprarlo: ¿Quién no recuerda un alimento lácteo para beber que decían que era bueno para nuestras defensas? En realidad, detrás se esconde un producto cargado de azúcar.
El aspecto comercial lo hacen muy apetecible especialmente para los niños y niñas.Por este motivo en Octubre, desde el Ministerio de Consumo, se ha anunciado la prohibición de los anuncios de alimentos no saludables dirigidos a menores de hasta 15 años (hasta ahora era hasta los doce años). Medida dentro de una estrategia para mejorar y prevenir el sobrepeso y la obesidad que tiene tasas alarmantes en nuestros niños y niñas, y va en aumento.
Composición nutricional:
La etiqueta de valor nutricional hay que mirarla de reojo. Nos indica las cantidades que tienen los diferentes nutrientes de ese producto reduciéndolo a gramos y nutrientes .Esto nos hace ver ese producto de una forma parcial y poco precisa, además hay que añadir que no hace mención de de la calidad de esos nutrientes, con lo que mirando esta parte no nos da una idea clara de si es saludable o no.
En torno a este aspecto, dentro de la estrategia para mejorar la salud y prevenir el sobrepeso, durante el primer cuatrimestre de 2021, se implantará en la parte frontal de los paquetes,el semáforo nutricional NutriScore que permite a los consumidores valorar fácilmente y rápidamente la calidad nutricional de los alimentos que van a comprar,simplificando la interpretación del etiquetado nutricional.
Este sistema supone una mejora para desenmascarar los productos menos saludables, aunque tiene sus limitaciones cómo en algunos productos como el aceite de oliva o los frutos secos que son alimentos saludables pero con este sistema nos los dictamina así, al igual que los cereales de desayunos azucarados que los pone en tierra de nadie, cuando su uso no es aconsejable. Este sistema será voluntario para las empresas, que no están obligadas a hacerlo...
Este semáforo nutricional hay que usarlo como un punto más de información dentro del paquete, pero no sustituye a las demás partes del etiquetado.
Listado de ingredientes: ES LA PARTE MÁS IMPORTANTE DEL ETIQUETADO
Los alimentos que aparecen en el listado de ingredientes lo hacen en orden de composición, es decir:el que aparece en primer lugar es el que tiene mayor presencia y el que aparece en último lugar será el menos representativo dentro del producto que estamos analizando.
Consultar el listado de ingredientes nos permite saber si el producto que estamos comprando se ajusta a nuestras expectativas. También es verdad que a veces se ponen ingredientes que desconocemos,o se utilizan diferentes denominaciones para enmascarar un alimento que no goza de tan buena fama.
En conclusión, hace falta paciencia y un diccionario para poder interpretar correctamente las etiquetas nutricionales. A mayor número de ingredientes más ultraprocesado será el alimento. Mi recomendación: comprar materias primas que apenas tienen etiquetado o muy pocos ingredientes, o que han sido procesados mínimamente. Si quieres comer saludablemente: cocina! Y si un día tienes antojo de un producto ultraprocesado, cómete el que más te guste, al final tampoco hay tanta diferencia entre unos y otros, sabiendo que son ocasionales dentro de tu patrón de alimentación.
Si todavía no sabes cuándo un alimento es mínimamente procesado o ultraprocesado lee el artículo de OndoJan de Agosto 2020 “Cuándo un alimento deja de ser saludable” que escribí para salir de dudas.
DIETÉTICA
y alimentación
Carolina Rïn
Dietista Colegiada nº 1887