“DONOSTIA ES UNA CIUDAD PRIVILEGIADA Y EN CUALQUIER SITIO SE COMEN PLATOS EXTRAORDINARIOS”
Jesús Mari Satrústegui, “Satrus” (Pamplona, 1954), fue el mayor goleador de la Real Sociedad en la época dorada del club, cuando los Txuriurdines ganaron dos ligas seguidas y llenaron de ilusión a todos los habitantes de la provincia, futboleros y no futboleros. Una lesión le apartó del fútbol en su mejor momento, con tan solo 28 años, y tuvo que reorganizar su vida. Contra todo pronóstico, encontró su futuro en el mundo del vino tras responder a un anuncio de prensa en que Bodegas Muga buscaba distribuidor. 40 años después, Satrus se ha jubilado dejando en manos de su hermano José Ignacio el peso del negocio. “Autoexiliado” en el pequeño municipio navarro de Aldaba, junto a Irurtzun, este hombre afable y humilde es feliz trabajando su huerta, paseando con sus perros y juntándose los lunes con sus amigos a jugar al mus en el Bidea de Gros.
¿Además del vino y el fútbol... qué aficiones cultivas?
La caza y la huerta. Hago unos tomates de puta madre... o al menos eso me dicen los amigos. Si no los traigo me matan. Me enseñó a trabajar la huerta el aita, al que también le gustaba mucho. De hecho, echamos sus cenizas en la huerta. Creo que él nos ayuda...
¿Tu lugar favorito para perderte en Donostia?
Aquí, donde estamos, en el Bar Bidea. Un sitio donde me tratan de maravilla y siempre me dedican una sonrisa. Antonio siempre está de mala uva, pero tiene un corazón enorme.
¿Y en tu Navarra natal?
Además de la huerta, los montes alrededor de mi pueblo, donde voy todos los días a pasear con mis perros. Allí, las horas se me pasan volando.
- ¿Cuál ha sido tu mejor viaje?
Me viene a la cabeza el viaje que hicimos con la Selección a jugar contra Inglaterra en el 81. Ganamos 1-2 en Wembley con goles de Zamora y mío y se dieron circunstancias que no se han repetido: nunca se le había ganado a Inglaterra, estaba Quini secuestrado...
¿Y el viaje que te queda por hacer?
Mi hijo vive en Boston y quiere que vaya a visitarle. Me da mucha pereza, pero tal vez algún día...
¿Qué es lo que más valoras en una persona?
Sobre todo, la honestidad y la honradez. El aita nos enseñó que eso es lo que importa, además de ser enemigo de la mentira. Una persona que tenga esos valores, a mí ya me ha ganado.
¿Y lo que más detestas?
Odio la mentira. No me gusta nada. La tengo atragantada.
- Tras dejar el fútbol tu vida ha sido el mundo del vino... ¿Cuáles son tus preferencias personales?
El tinto me encanta, y me gusta mucho la garnacha. Tanto en Rioja como en Navarra he probado algunas extraordinarias. Eso sí, en verano hay blancos que entran también muy bien.
¿Se te da bien la cocina? ¿Hay algún plato que te guste preparar especialmente?
Ufff... me ha costado porque era muy torpe al principio, pero por circunstancias familiares me ha tocado aprender y al final he conseguido apañarme. Mi madre decía que las cosas le salían bien por el cariño que les ponía y creo que me pasa lo mismo. No es que prepare nada especial, pero un arroz cono almejas, por ejemplo, me sale bastante bien. Y con la verdura, sobre todo la de mi huerta, hago cosas sencillas pero me defiendo bastante bien.
Y para comer... ¿Cuáles son tus platos favoritos?
Mira que he comido arroz y nunca me cansa una buena paella de marisco o el arroz a la jardinera que hacía mi padre, que nos juntaba a 30 personas a comer arroz y chuletillas al sarmiento. Ahora que me he jubilado, los de casa quieren que recupere la costumbre.
¿Hay algún plato o alimento que detestes?
La alubia roja. Cuando estudiaba en Logroño ví un día gusanos en la alubia y le cogí tirria. No me entra. Eso sí, el potaje me encanta, sobre todo con verduras.
¿Dónde has vivido tu mejor experiencia gastronómica?
Aquí en Donosti he tenido tantas... esta es una ciudad privilegiada y en cualquier sitio se comen platos extraordinarios. Podría empezar a contarte y no acabar.
Recomiéndanos dos restaurantes de Gipuzkoa.
El Gandarias es un sitio que me encanta. Además, hace poco tuvieron el detalle de invitarnos a todos sus proveedores a una comida fantástica. Y me encanta ir a donde Martín Berasategui, por amistad y por cómo hace las cosas, al igual que a Arzak, Akelarre... y, por supuesto, echo de menos el Zuberoa.
¿Y algún restaurante fuera de nuestra provincia?
Conozco muchos en Navarra. El Bidea-2 en Zizur, el Alhambra y el Europa de los hermanos Idoate en Pamplona... También me gusta mucho el Rodero y los restaurantes de los hermanos Enciso, que lo hacen muy bien.
COVID-19... ¿Cómo lo has vivido? ¿Y cómo crees que afectará al mundo del vino?
Nos ha afectado mucho. Tengo amigos que incluso no salen ya de casa. Se está abriendo, pero nos ha costado, y ha sido muy injusto lo que se hizo con la hostelería, que parecía que era la culpable de todo. Se le ha hecho mucho daño. El mundo del vino tiene varias salidas: internet, las tiendas de alimentación... creo que no le ha afectado tanto.
¿Con qué vino celebrarías una nueva liga de la Real Sociedad?
Con un Pago de Carraovejas... y como se quedaría corto, seguiríamos con un Prado Enea, de Muga.
CON LAS MANOS EN LA MASA
Javier Etayo "TASIO"
Ilustrador gráfico y hombre multidisciplinar
Etiquetas: nº 223 | julio 2023