¡Cómo me gusta, cuando me voy por ahí de vacaciones, sumergirme en la cocina propia de los lugares!
Me encanta visitar los mercados, conocer los productos locales, preguntar cómo se cocinan, hablar con l@s tender@s, compartir conocimientos, impresiones, recetas y luego probarlo en mi casa.
He de reconocer que no siempre acierto con lo que preparo. A veces cocinamos algo como nos lo han dicho, con sus ingredientes, y todo el cariño del mundo y...bufff, no nos gusta nada. Nuestros paladares no están acostumbrados a esos sabores, y nos cuestan. Pero no pasa nada, al menos lo hemos probado. Y sin embargo, en otras ocasiones nos cautivan tanto las recetas y las maneras de hacer, que nos las traemos a casa y pasan a formar parte de la cocina de nuestra cotidianidad para siempre, como un nuev@ hij@, en nuestra familia.
Así que, cuando vamos de vacaciones buscamos alojarnos donde podamos cocinar, ya sea un apartamento, un aparthotel o una casa de intercambio.
Cocinar de vacaciones, para mí es un placer. A mí me gusta la cocina, me relaja, me divierte, despierta mi creatividad...especialmente, si lo hago sin prisas. Y ponerme el delantal con ritmo de asueto, relajada y descansada es como empezar una sesión de yoga. Además, hacerlo en buena compañía, con una copita de un buen vino de la zona en la mano y en conversación, ¡es un momentazo! Lo del fregoteo ya no tiene tanto encanto, casi ninguno, pero como en nuestra familia todas las tareas se reparten, pues muchas veces no me toca.
Si ya me cautiva explorar con las verduras, vegetales, tubérculos, frutas o licores locales ¡imaginaos lo que puedo ser con el pescado! En los lugares costeros me acerco a todas las lonjas que se puedan visitar y me impregno del olor de las sardinas y antxoas recién pescadas, del salazón de la mojama (ejemplo de algo con lo que no pude...se fue a la basura), del intenso aroma de todo tipo de pescado salado, de la tinajas de garum, que a pesar de los siglos y siglos bajo tierra, aún me parece percibir su penetrante hedor a pescado podrido, o del potente perfume a pescado crudo que invade todos los locales de buen sushi.
Los calderos marineros, los pescaditos fritos, los adobos intensos, las gambas justo salidas del mar y directas a la sartén, las tascas de pueblo que ofrecen coquinas recién cogidas en la playa por los lugareños (controles sanitarios aparte…), las canaíllas, las navajas o las almejas. La caldereta de langosta, los mejillones mediterráneos, gallegos, el omnipresente bacalao, los pescaditos humildes que hay en todos los puertos del mundo, que con algo de arte, cocina y cariño se convierten en un placer gastronómico…¡hay tanto por descubrir y dejarnos seducir!
Así, que como dice el refrán “allá donde fueres, haz lo que vieres” y esa es mi propuesta para estos meses estivales.
La receta que os traigo hoy la hemos adoptado de acá y de allá en nuestras diferentes vacaciones, la hemos versionado a nuestro gusto y cada vez la hacemos con los ingredientes que disponemos.
En los países mediterráneos, que disponen de tanta verdura y hortalizas frescas hacen unas preciosas ensaladas llenas de color, vitaminas y salud. Y en ocasiones las terminan con proteína animal, para hacer un completo plato único al que acompañan con un buen gazpacho.
Pues mi propuesta para este mes es así de sencilla, una buena ensalada coronada con buen pescado. Plato único, sano, ligero y súper fresco para estos días de calor.
FISH SALAD
INGREDIENTES (Para 4 personas):
- Mezclum de lechugas
- Col lombarda cortada en juliana fina
- Hojas de espinacas y de rúcula
- Tomates cherry
- Cebolleta
- Maiz cocido
- Pepino
- Patata cocida
- Manzana en rodajas finas
- Semillas de lino
- Sesamo
- Amapola
- Chía
- Brotes de ajo
- Pescado, sirve cualquier tipo. Ya sea rebozado, a la plancha, hervido o crudo marinado en soja o lima. Eso sí, queda más agradable a la hora de comer que esté cortado en trocitos pequeños, de bocado.
ELABORACIÓN:
Para el aliño: AOVE, vinagre balsámico, un ramillete de albahaca, un diente de ajo, una chalota, un tomate mediano y una cucharada de miel. Sal y pimienta rosa recién molida.
Picar muy bien todos los ingredientes y mezclarlos.
Adornar al gusto cada plato con los ingredientes de la ensalada, colocar los trozos de pescado encima, después los brotes y regar con el aliñe.
¡Y a disfrutar del calor! ¡Buen verano a tod@s!
CAROL ARCHELI
PESCADERÍA ESPE
www.pescaderiaespe.com
Etiquetas: nº 179 - agosto 2019