PARADA Y FONDA EN ALCALÁ

Parada y fonda era una expresión popular utilizada en la época de Felipe II. Su traducción hace referencia a una parada en el camino para comer, descansar (no para dormir) y seguir adelante.

Muchos viajeros de aquella época hubieran agradecido encontrar en su camino un lugar como el que os propongo hoy, por varios motivos. El primero, porque la parada es en Calaceite, una preciosa población del Matarraña (a muy pocos kilómetros de la frontera catalana) declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1973.

El segundo motivo es más gastronómico. Allí encontraremos la fonda, en este caso Fonda Alcalá. Fundada en 1922 por Carmen y Gregorio, cumple 100 años con la alegría de la llegada de una nueva generación, la cuarta, que mantiene viva la esencia de este lugar cocinando los platos míticos de la casa, pero añadiendo nuevas tendencias culinarias.

Son famosas sus judías blancas con sardinas, las perdices escabechadas, sus tartas de queso manchego (con y sin gluten), el mostillo, las paellas, los arroces... También lo bordan con productos como el Ternasco de Aragón. No menos famosos son sus Pies de cerdo guisados de la abuela (conocidos como “pies de ministro”), los canelones de la misma “Yaya Adoración” con foie y trufa negra, las croquetas caseras con jamón de Teruel o ceps y las butifarras.

Hay un plato en la carta desde hace 60 años con una bonita historia. La famosa abuela Adoración preparaba con mucho amor cada viernes santo, Suquet de bacalao con alcachofas, guisantes y huevo duro, plato que hoy en día se mantiene.

NERE Ignacio Alcalá wOJ212 La cocina de Fonda Alcalá se renueva y también se internacionaliza. El actual chef, Ignacio Alcalá, bisnieto del fundador, tiene una larga trayectoria de 15 años de estudio y trabajo en las mejores casas, como Neichel, Can Roca, Maher y Neri R&Ch en España, o la cadena Bistronomía, en Filipinas. Y el mismo reto que sus antecesores: mejorar la herencia culinaria de la familia.