Ya no voy a dejar para la primavera del año que viene lo que pueda hacer el próximo fin de semana.
Por fin llegó ese momento con el que todos soñábamos durante meses, cuando observábamos desde nuestras casas días de sol y nubes, maquinando mil planes que hacer cuando pudiéramos volver a decidir cómo disfrutar de nuestras horas de ocio.
Confieso (y supongo que no os sonará extraño) que estaba deseando perderme entre viñedos y escuchar de nuevo las palabras mágicas que forman parte del descubrimiento de una bodega y sus vinos. “Fermentación”, “coupage”, “vendimia manual”, “cata”…
Ya no voy a dejar para la primavera del año que viene lo que pueda hacer el próximo fin de semana. Por eso aunque ya se ha acabado el verano, época oficial de vacaciones, en pocos días yo me escapo a Rioja Alavesa. Estuve hace un par de semanas, justo antes de la vendimia, en un viaje de prensa maravilloso, pero me prometí a mí misma regresar en cuanto tuviera ocasión.
Porque cuando un lugar te hace sentir bien, descubrir lo que de verdad importa y te ayuda a reconectar con lo más profundo y sincero de ti mismo, cuando te devuelve a tu origen, ese lugar ha de formar parte de tu vida.
Otra de las promesas que me he hecho a mí misma es continuar probando cosas diferentes, es la única forma que tengo de saber si me gustan o no. Y aunque suene obvio muchas veces no lo hacemos, simplemente por pereza. Hacía más de 10 años que no montaba en bicicleta y he de confesar que el paseo entre viñedos que disfruté una mañana de domingo fue inolvidable.
¿Por qué no preparar un plan de día y hacer algo diferente? O quedarnos a dormir una noche y aprovechar también la jornada siguiente. Es un pequeño lujo al alcance de casi todos. Puedes convertirte en enólogo y viticultor por un día, conocer la vendimia de cerca, disfrutar de una cena maridaje a la luz de las estrellas o de un almuerzo entre viñas. También los momentos bodega y viñedo se pueden vivir con niños porque hay actividades pensadas para toda la familia. O simplemente relajarnos y contemplar el paisaje y los rincones donde parece que se ha detenido el tiempo, para después saborear unas exquisitas chuletillas al sarmiento con su inseparable compañera, la copa de vino.
Disfrutar de Rioja Alavesa es una experiencia de vida.
+info: www.visitriojaalavesa.com/experiencias/
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Etiquetas: nº 192 - octubre 2020