Desconozco si el batacazo será tan grande como el que auguran estos señores pero en lo que sí confío es en la fuerza, las ganas de reinventarse, el espíritu de lucha y la pasión que ponemos en lo que hacemos todos los que trabajamos en este maravilloso mundo del turismo y la gastronomía
Siempre ha sido difícil hacer previsiones en un mundo tan rápido y cambiante como el actual pero hoy en día se ha convertido en un ejercicio de alto riesgo.
La crisis del Covid_19 ha obligado a cambiar los hábitos de la población mundial y a modificar muchos aspectos de la vida diaria. El futuro del sector turístico se vislumbra cuando menos incierto. Una quiere evitar creer que son acertadas las estimaciones como la que apuntan desde Exceltur (Asociación Alianza para la Excelencia Turística) “el PIB (Producto Interior Bruto) Turístico en España se prevé que caiga a finales de 2020 en 92.556 millones de euros lo que supondría un descenso del 60,7% sobre el total de la actividad turística directa e indirecta estimada para 2019”. Las previsiones para la hostelería no son mucho mejores. Según un informe de Bain & Company y Ernst & Young, el sector facturará un 40% menos en este 2020, lo que supone unos 55.000 millones de euros.
Desconozco si el batacazo será tan grande como el que auguran estos señores pero en lo que sí confío es en la fuerza, las ganas de reinventarse, el espíritu de lucha y la pasión que ponemos en lo que hacemos todos los que trabajamos en este maravilloso mundo del turismo y la gastronomía. Lo he visto en cada apertura, en cada terraza, en la exhaustiva preparación de cada equipo de los restaurantes que he visitado. En las consultas de productores sobre “cómo recibir a las visitas a partir de ahora”. En la ilusión de volver a empezar de muchos aunque también he vivido con pena el adiós definitivo de otros.
Una de las claves de este nuevo arranque es la empatía. Un 42% de la población se va a ver afectada por esta nueva situación que reducirá significativamente su capacidad de gasto. De gasto sí, pero no de ganas. Pensemos en ellos. Y mimemos a todos. No va a ser un camino fácil. Tocará replantearse muchas cosas, repensar, rediseñar y a veces, olvidarse de lo que teníamos y volver a empezar. De cero. Pero como cantaba el gran Pau Donés “…Depende ¿de qué depende? De según como se mire, todo depende…”
TURISMO GASTRONÓMICO
NERE ARIZTOY
Consultora de turismo gastronómico especializada
en sistema alimentarios
Etiquetas: nº 189 - julio 2020