No sé si será el verano, el sol que por fin nos acompaña (a ratos) o qué, pero estos días me siento feliz.
Para los más escépticos que ahora mismo arrugáis el ceño mirando el titular y pensando: “Ya va ésta otra vez, a darnos la paliza con el discurso de comer sano y tal…” que sepáis que no lo digo yo. Esto de la cocina de la felicidad o Mood Food es más viejo que el catarro (como diría mi madre).
Desde la más remota antigüedad ya se intuía que ciertos alimentos intervenían en los procesos más profundos de nuestro cuerpo y también nuestra alma.
Fue a mediados de los años 80 cuando científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) pudieron afirmar que los nutrientes, hidratos, vitaminas, minerales o ácidos grasos de los alimentos que consumimos afectan directamente a nuestro proceso cerebral de pensar, de percibir y de sentir pero también afirmaron que un trozo de pastel puede ser mejor medicina para el alma que cualquier fármaco de síntesis.
¿Dónde está la clave? En nuestros neurotransmisores. Los estados de felicidad, infelicidad, tristeza, melancolía, depresión, positividad o euforia dependen de la activación o desactivación de un grupo de sustancias químicas que actúan en nuestro cerebro como excitantes o inhibidoras.
¿Y cómo conseguir un buen equilibrio de estas sustancias en nuestro cuerpo? Pues conociendo cuales son los nutrientes y principios activos que promueven la felicidad y el buen humor y los alimentos donde podemos encontrarlos.
Os presento a algunos de los aliados del buen humor, el placer y la felicidad: Aceite de Oliva, aguacate, ajo, almendras, arroz integral, avellanas, bacalao, brécol, caballa, cerezas, champiñones, calabaza, nueces, manzana, fresas y fresones, tomate, lechuga…
Pero no olvidemos el “top ten” de la lista: Jamón, huevo, marisco, salmón, almejas, sardinas, berberechos, chocolate negro, levadura de cerveza y vino... ¡Bingo! ¿Quién se apunta?
TURISMO GASTRONÓMICO
NERE ARIZTOY
Consultora de turismo gastronómico especializada
en sistema alimentarios
Etiquetas: nº 167 | agosto 2018