Hubo un tiempo en el que la visita al Mercado era algo rutinario, un acto que uno tenía que llevar a cabo si quería comer fresco, rico y con fundamento.
También existían en esa época las tiendas de “ultramarinos”, espacios singulares donde abastecerse de productos que, originalmente y de ahí viene la palabra, procedían de territorios de “ultramar”; café, especias, bacalao…
Con la occidentalización del comercio, en la segunda mitad del siglo XX, estas tiendas fueron sustituidas por los supermercados y centros comerciales aunque, afortunadamente, fue una moda pasajera. A lo largo de este siglo XXI hemos visto resurgir con fuerza a las tiendas de barrio y establecimientos gourmet, donde al cliente se le vuelve a tratar de tú a tú.
¿Pero qué ha sido de nuestros Mercados? Pues hemos tenido la gran SUERTE sí, con mayúsculas, de que nuestros baserritarr@s>, a pesar de tenerlo casi todo en contra, de padecer cambios de ubicación (la mayor parte de las veces a peor) y de sentir que, en cierto modo, cada vez menos gente apreciaba su producto y prefería comprar “lo empaquetado”, a pesar de todo eso, han seguido ahí. Al pie del cañón. Defendiendo lo suyo.
TURISMO GASTRONÓMICO
NERE ARIZTOY
Consultora de turismo gastronómico especializada
en sistema alimentarios
Etiquetas: nº 171 - diciembre 2018