TENSAR LA CUERDA
Este ejemplar de Ondojan.com ve la luz a las 2 semanas de levantarse, el pasado 9 de mayo, el Estado de Alarma que ha prevalecido en todo el Estado desde octubre del año pasado. Transcurridas dos semanas han descendido de una manera bastante pronunciada los contagios y los positivos (eso es, al menos, lo que nos cuentan los muy alineados medios de comunicación) y se había creado una cierta esperanza en el sector hostelero que esperaba que para finales de mes se conseguirían una serie de ventajas como el poder cerrar los bares y restaurantes a medianoche o, incluso algo más tarde.
Pero justo en el momento de escribir estas líneas, el Gobierno Vasco, de boca de su Consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha subrayado que no se va a suavizar ninguna de las restricciones del Covid-19 además de matizar, airada, que “el Gobierno Vasco no negocia con hosteleros”. Aparte de lo desafortunado e inconveniente del tono y la expresión utilizada por Sagardui denostando al colectivo que más está sufriendo las consecuencias económicas y laborales de la epidemia, cada vez queda más claro que el Gobierno Vasco está actuando de una manera cruel e intolerante con el colectivo de la Hostelería, con el que está aplicando, claramente, la estrategia de tensar la cuerda al límite antes de llevar a cabo ninguna concesión o ventaja.
En la introducción de este número (página 8), desarrollamos una teoría comparando la filosofía y las pautas de los maltratadores con la política seguida por el Gobierno Vasco, pero la estrategia de tensar la cuerda daría también para un sesudo artículo, pues llama la atención la manera fría y calculadora en la que las instituciones vascas están concediendo, como con cuentagotas, cualquier ventaja o mejora. El Gobierno Vasco, desde que comenzó este desastre, la ha tomado con los hosteleros y hosteleras y nunca, jamás, ha abierto la mano más de lo que se esperaba en cada momento. Más bien al contrario, siempre concede un poco menos de lo que esperaban los taberneros y taberneras, los cocineros y cocineras, y lo hace justo en los momentos en los que el sector está a punto de reventar, ofreciendo un debilísimo y paupérrimo balón de oxígeno en los momentos límite al que, lógicamente, los miembros del sector se agarran como a un clavo ardiendo aunque sea un simple parche que no les va a sacar, ni mucho menos, de sus apuros.
A veces uno se pone hasta a pensar mal, porque hay ocasiones en las que parece que los miembros del Gabinete Urkullu cuenten con gentes infiltradas en el sector hostelero que les avisan sobre cómo se encuentran los ánimos y las economías para saber hasta donde tensar la cuerda... Ay, el día que esta se rompa definitivamente...!!
ESTUPIDO CONCIENZUDO
JOSEMA AZPEITIA
Coordinador de Ondojan.com