NÉSTOR: 40 AÑOS ALEGRANDO LA PESCADERÍA
- Texto: JOSEMA AZPEITIA. Fotografía: RITXAR TOLOSA
“Bar Néstor 1980” reza categórica la frase impresa en los delantales y las camisetas de Néstor Morais, propietario de este bar, así como de todo el equipo que trabaja en el mismo. Y no hay que ser un genio de las matemáticas para sacar cuentas y calcular que en 2020 este icono de la Parte Vieja cumple la friolera de 40 años
La calle Pescadería es una de las arterias más emblemáticas de la Parte Vieja. Pequeñita y recogida, esta calle que no cuenta con el flujo turístico de otras como la “Calbetón” o la “31” sigue manteniendo un ambiente eminentemente local fuera de temporada y un buen equillibrio entre el público autóctono y el foráneo.
A ello han contribuido, año tras año, establecimientos como Néstor, este minúsculo bar que no llega a ocupar 40 metros cuadrados, inaugurado en abril de 1980 por el vallisoletano Néstor Moráis en el lugar ocupado hasta entonces por “La Bolera”, un emblemático local de futbolines, petacos... frecuentado por la chavalería local.
Néstor contaba entonces 26 años. Nacido en la localidad de Velliza, entre Simancas y Tordesillas, se crió en su pueblo natal y de los 10 a los 15 años residió en la capital, Valladolid, ejerciendo en sus últimos años de zapatero. “Me tocó hacer hasta de limpiabotas”, recuerda Néstor, “hasta que decidí que para estar tirando piedras en el Pisuerga, mejor cambiar de aires”, decisión que le trajo a Donostia, donde recaló en Casa Alcalde cuando este legendario bar estaba, todavía, dirigido por la familia fundadora, concretamente “por Manolo Alcalde y Doña Casilda”, rememora Néstor, que 6 años después pasó a otra casa mítica: el Beti-Jai, dirigido entonces por Bernardo Beltrán y Josefina Lazkano. En esa época conoció a su mujer, Pilar Senra Lizarazu, que por aquel entonces trabajaba en Casa Urola y juntos se aventuraron a abrir en 1980 este bar que, como nos explica su propietario, “al principio era un bar de pintxos y tragos nocturnos. Entre semana estábamos aquí hasta las 2 de la mañana y los fines de semana hasta las 3 o las 4”, una circunstancia que ha cambiado tras centrarse más, los últimos años, en el plano gastronómico.
Testigo de esta evolución ha sido siempre la famosa “Mesa 19”, la única mesa del pequeño bar. “La empezaron a usar los miembros del Orfeón Donostiarra, que venían los viernes a cenar después del ensayo. Ellos empezaron la tradición de la txuleta y los tomates que luego se ha quedado”. Y es que a día de hoy, la oferta de Néstor es esa precisamente: Ibéricos de Fran Rodel (Salamanca), buenos tomates de Getaria, Pimientos de Gernika de Asier Madariaga, de Arrazua, Chuletón de viejo a la parrilla que se sirve en mesa o en la barra y, como no, su excelente Tortilla de patata, para muchos la mejor de la ciudad, que se sirve exclusivamente a las 13:00 y a las 20:00 horas, siendo necesario el acudir al menos media hora antes para poder reservar un pintxo.
Sin duda, la constancia y la calidad han sido las claves del éxito en un bar tan pequeño pero al que Néstor ha sabido sacar tanto jugo, además de apostar siempre por lo local. Así, las carnes son adquiridas en la Carnicería Asensio y las frutas y los tomates en Frutas y Comestibles Aitor, ambos sitos en la misma calle que el propio bar. “Ojo”, insiste Néstor, “que aquí cuidamos hasta las gildas, con antxoas de Nardín y guindillas de Olmos, por no hablar de nuestros cafés”.
40 años son muchos años, y después de ofrecernos la opípara comida que ilustran las fotos, Néstor no puede evitar rememorar lo vivido en estas cuatro décadas y mencionar a tanta gente que ha pasado por el bar, como Pablo Aguilar, Antonio Etxabe, Jokin Agirre... recuerda también Néstor a Sebastián Amaral, quien pasó tres años con él en la barra, o a Manolo González Calvet, cliente que cantaba en el Orfeón pero vivía en Madrid y fue quien le regaló la placa de la “Mesa 19”... Por supuesto, este veterano hostelero no puede dejar de mencionar a Igor Etxeberria, de Hernani, encargado de la parrilla y las labores de cocina, a los camareros Horacio y Tomás o a su hermano pequeño, Tito, que trabaja en el bar desde 1985. Agradecido a tantos clientes y amigos que le han ayudado a llegar hasta aquí, padre de dos hijos que le han dado dos nietos y una nieta, el abuelo Néstor se muestra satisfecho de su labor y sigue acudiendo día a día a servir su mítica tortilla del mediodía. Néstor es, sin duda, una leyenda viviente que, de momento, sigue al pie del cañón en su minúscula pero entrañable tasca.
BAR NÉSTOR
Pescadería, 11 (PARTE VIEJA) - DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN
Tf: 943 42 48 73