Begoña y Belén Plazaola llevan al frente del Arrate desde hace años. Sus platos antxiñako son toda una referencia. Sus callos, sus alubias...
Toda persona txirrindulari sabe que, cuando menos una vez, debe pasar por el alto de Salinas de Léniz y honrar a su patrona, la Virgen de Dorleta. Lo que quizás muchas personas desconozcan es que su nombre, Dorleta, deviene de la palabra “dorla”, una especie de caldera donde se recogía antiguamente la salmuera que emana de las profundidades de la tierra y que, gracias al calor que se prepara para extraer la sal, nos da este oro blanco en Euskadi que se une a la Sal de Añana en Araba. Esta excusa fue perfecta para organizar un bonito encuentro en el acogedor velador del Restaurante “Arrate” ubicado en esta localidad guipuzcoana limítrofe con Alava.
“Una cocina sencilla, hecha desde el corazón”. Así es como definen el buen hacer del “Arrate” en Leintz Gatzaga y así lo pudimos comprobar recientemente en una tertulia gastronómica con la sukaldari, Begoña Plazaola, junto al comunicador gastronómico, Pepe Barrena, el dibujante, Mintxo Cemillán (autor del trampantojo-mural del velador exterior desde donde emitimos el programa), Aitor Larrañaga de Gatz Museoa, Oihana Oribe (Bilbao Food Safari) y Eva Anía (Gourmet Bilbao).
Begoña y Belén Plazaola llevan al frente del “Arrate” desde hace años. Sus platos antxiñako son toda una referencia: sus callos artesanos, el putxero de alubia pinta alavesa con odoloste (morcilla), pimientos asados en el día, los garbanzos con rape, el tradicional souffle “Alaska” o, como fue el caso, la gran novedad: una lubina a la sal de, cómo no, Leintz Gatzaga. Cogieron el testigo de la madre, Estefanía López de Aguileta, natural de Okina (Araba), y el aita, Teodoro Plazaola, de la propia localidad guipuzcoana de Salinas de Léniz. “Nos criamos entre pucheros, potajes, marmitas, ollas… y esperamos, mínimamente, haber sido capaces de seguir la misma línea de calidad y buen producto que vimos en nuestra madre”, asevera Begoña Plazaola. Entre otras muchas frases que se le quedaron grabadas a Bego, está la del aceite: “no escatimes con el aceite. Que sea siempre bueno, utilizando con la máxima calidad…”.
Precisamente, hablando de aceites, la tertulia gastronómica nos permitió degustar el aceite de colza y el de girasol que ha lanzado al mercado la pequeña empresa alavesa “Ekiolio”. Una maravilla de oportunidad que nos sorprendió por la textura, aroma… y eso que no pudimos probarlo en la elaboración de los platos. Eso ya, Begotxu, lo dejamos para la siguiente tertulia de “La Ruta Slow”.
LA RUTA SLOW
AITOR BUENDÍA
Eibarrés, Vitoria-Gasteiz
Comunicación y Slow Food
www.blogseitb.com/larutaslow
Etiquetas: nº 221 | mayo 2023