Durante siglos, la actividad en torno a la fuente de agua salada fue el estimulante de Leintz Gatzaga, ya que promovió la creación del pueblo y le dió el nombre.
La noticia la adelantamos el pasado diciembre en nuestro programa de “La Ruta Slow” (https://www.eitb.eus/es/radio/radio-vitoria/programas/la-ruta-slow/detalle/7767281/listado-productos-eusko-label-/). La Sal de “Leintz Gatzaga” y la Antxoa del Cantábrico recibirán la catalogación de producto “Eusko Label”. Una buena noticia por cuanto confirma la excelencia de ambos productos y, por ende, el buen hacer de nuestros arrantzales así como de quienes cuidan del oro blanco en esta histórica localidad guipuzcoana de Salinas de Léniz.
Hace bien poco se dio otro paso en la misma línea con el reconocimiento “Eusko Label” a seis quesos de Euskal Herria: Fraisoro, Otzara, Saroi, Latxa Urdina, Txuria y Auntzain, elaborados con distintos tipos de leche de vaca, cabra u oveja. “Una diversidad que favorece un amplio abanico de momentos y formas de consumo, ya que puede ser degustado solo o como ingrediente en una gran cantidad de platos”, señaló Hazi entonces.
Volviendo a los nuevos productos reconocidos con el label vasco tal y como adelantó en nuestro programa Josu Garaialde (“Hazi”), la sal de Leintz Gatzaga tiene una historia parecida pero distinta a la ya reconocida Sal de Añana. Como recoge su web “no sabemos en qué momento el ser humano se dio cuenta de esta fuente que arrojaba agua salada y tampoco sabemos cuándo aprendió a aprovecharse de las características de la sal, pero, gracias a los restos arqueológicos hallados junto a la fuente -una moneda de época ibérica, restos cerámicos romanos, cristales a base de sal, trozos de leña… – sabemos que se explotaba en la Edad de Hierro”.
Durante siglos, la actividad en torno a la fuente de agua salada fue el estimulante de Leintz Gatzaga, ya que promovió la creación del pueblo y le dio también el nombre. Debido a nuestro clima frío y húmedo, la explotación de la sal no se realizó mediante el sistema de evaporación solar, que es lo que le diferencia de otros muchos pueblos que trabajan en la explotación de la sal. Utilizaban otro proceso y separaban la sal calentando el agua mediante el fuego alimentado de madera. Lo que se ha denominado “oro blanco” ha sido un bien económico de gran aprecio, ya que posee características esenciales para la alimentación humana y animal y es muy apropiado también para la conservación de alimentos.
El museo “Gatz Museoa” es a día de hoy toda una experiencia de visita y conocimiento de este rico patrimonio vasco que recoge la evolución de la explotación de la sal, desde la Edad de Hierro hasta 1972, cuando se cerró la salina debido a la alta competitividad de la sal marina.
Actualmente está mediatizada su visita por la pandemia pero lo mejor es llamar previamente (943 71 47 92 - 697 56 19 13) o informarse de todos los detalles en su web www.gatzagaturismo.com/gatzmuseoa/es para conocer las posibilidades de poder visitar este curioso proceso de producción de sal que tenemos en Euskadi.
LA RUTA SLOW
AITOR BUENDÍA
Eibarrés, Vitoria-Gasteiz
Comunicación y Slow Food
www.blogseitb.com/larutaslow
Etiquetas: nº 197 - abril 2021