PIKUA: TRADICIÓN Y CALIDAD SOBRE EL CANTÁBRICO
No elegimos el mejor día del año para acudir al Pikua de Mutriku. El día de la presentación de la iniciativa “Tripontziak”, impulsada por Debabarrena Turismoa, nuestro buen amigo Jesús Portugal nos había adelantado, cuando comentamos nuestra curiosidad por conocer este restaurante, que “íbamos a alucinar” con las vistas al mar. Pero el 10 de noviembre, con un cielo completamente encapotado, tuvimos todo menos vistas.
De todas formas, no nos quejamos, ya que al carecer de la impresionante panorámica sobre el Cantábrico con la que cuenta este establecimiento, nos centramos, más de lo habitual si cabe, en la comida. Y fue una grata sorpresa el encontrarnos con un “Menú Tripontziak” de lo más interesante e incluso con algún puntito de creatividad en un restaurante que esperábamos fuera más clásico y convencional.
Al contrario, el menú contó con “detallitos” que lo alejaban del clasicismo prácticamente en todos los platos, comenzando con un divertido y sabroso Bombón de foie como aperitivo, y siguiendo con una “Tosta de ensalada y jamón de bellota” que sí, contenía la tosta en su interior pero que era, a fin de cuentas, una señora ensalada completa, perfectamente aliñada y de factura generosa.
El segundo entrante también resultó remarcable por concepto y por ejecución: unas riquísimas Kokotxas de bacalao a la parrilla con refrito de ajo y txakoli sobre un untuoso pil-pil acompañadas, punto curioso, de algas wakame. Y el plato fuerte, la Entrécula a la parrilla con patata asada y salsa de vino tinto, siguió en la misma onda de cantidad (excelente ración) y suculencia que el resto de platos, además de contar con una presentación en la línea.
Coronó el menú una suculenta Torrija de Brioche con sopa fría de chocolate de Mendaro que supuso un broche ideal para una comida que dejó bien claro que Pikua no entra en “Tripontziak” por compromiso sino que, hablando mal y pronto, se lo curra”.
Así nos lo confirmó al término de la comida Luis Ángel Alburquerque, responsable del establecimiento junto a su esposa, Goizane Elorza, ausente el día de nuestra visita. Como nos comentó Luis, Tripontziak es una apuesta en la que se han embarcado desde el principio y tratan de hacerlo bien pues la gente responde y no son pocos los que acuden a probar el menú durante el mes que dura la promoción. “De hecho”, nos matizó este hostelero, “durante los días que dura, sólo damos el menú Tripontziak. No servimos el “Menú Gourmet” que damos habitualmente entre semana”.
Luis, nacido en Eibar pero criado en Nanclares, donde fue trasladado cuando contaba la tierna edad de 7 meses, no planeaba dedicarse a la hostelería. De hecho, hasta hace tiempos recientes se ha dedicado a la programación de robots. Eso sí, el corazón le trajo a Mutriku donde se casó con Goizane, hija del caserío Pikuaga, del que hay referencias desde 1473, y en mayo de 2009 inauguraron el actual restaurante y casa rural Pikua contando para ello con la colaboración de su suegra, Matilde Barrutia, que se ha encargado de la cocina hasta la edad de la jubilación y su suegro José Luis Elorza “Pikua”.
“La cocina de Matilde siempre ha sido muy casera”, nos explica Luis, “guisos, caza, carnes en salsa... así como cordero y cochinillo al burduntzi por encargo, dos productos que han dado mucha fama al local”. Además de esto, la principal especialidad de Pikua son los pescados y las carnes a la parrilla. “El pescado lo traemos de Ondarroa y la Txuleta es nacional. No podemos mantener carne Kilómetro 0 porque es muy complicado, pero servimos un solomillo de Itziar, del caserío Bellosoro, con el que no damos a basto de lo bueno que está”. A día de hoy, ante la falta de Matilde en cocina, es Irene Oyarbide, zarauztarra oriunda de Ataun, quien se encarga de la cocina manteniendo el carácter tradicional de la misma pero imprimiéndole su estilo e incluyendo leves pinceladas de modernidad.
En Pikua se sirve un rico “Menú Gourmet” por 19,90 euros de martes a viernes al mediodía y el fin de semana la carta ronda los 45-50 euros. Las cenas solo se sirven en viernes y sábado, aunque los hospedados cuentan con ese servicio todos los días. “El panorama” nos cuenta Luis, “es muy diferente en verano, con días en los que hay hasta 80 mesas en la terraza”.
Nos fuimos de Pikua con un excelente sabor de boca, tanto por lo degustado como por el trato y la conversación recibida, y con ganas de volver para probar el resto de la oferta culinaria de este interesante restaurante... Ah, y al final hasta tuvimos suerte, ya que aunque fuera tímidamente, el cielo se relajó y pudimos disfrutar, siquiera fugazmente, de las maravillosas vistas de este enclave inigualable.
PIKUA ASADOR Y CASA RURAL
Barrio Laranga, MUTRIKU
Tf: 629 105 733
www.pikua.es