TXURRUKA: DISFRUTANDO EN LAS ALTURAS DE DEBABARRENA
Aprovechando las jornadas “Tripontziak”, de las que hablamos en las páginas anteriores, este año hemos optado por visitar el Txurruka, restaurante de Soraluze del que habíamos oído hablar, pero no habíamos tenido todavía la ocasión de acudir. Situado a 3 kilómetros del centro del pueblo, este restaurante está situado en un precioso caserío al que se accede por una tortuosa y estrecha carretera que asciende vertiginosamente. Al llegar, lo primero que salta a la vista son (y valga la redundancia) las vistas. Merece realmente la pena acudir a Txurruka sólo por disfrutar de una de las vistas más sobrecogedoras de Gipuzkoa que nos muestra el valle del Deba en toda su profundidad, salpicado de bosques, prados y caseríos. Un paisaje sencillamente espectacular.
En cualquier caso, las virtudes de Txurruka no se quedan en las vistas. Nada más entrar nos vimos muy gratamente sorprendidos por el trato y la actitud de Iurdana Laskurain, que dirige con su hermana Ikerne este restaurante familiar inaugurado en 1969 por su abuela, Begoña Anduaga y continuado durante décadas por su madre, Maria Jesús Etxeberria y su tía Idoia Etxeberria. Tres generaciones de mujeres han dado vida a este espacio que arrancó como un sencillo merendero y hoy es un señor restaurante con dos comedores que pueden acoger hasta 120 personas. “Es curioso, pero el último hombre que nació en este caserío lo hizo hace 58 años” comenta Iurdana que además de cocinera y empresaria es madre, como no, de una hija.
Iurdana nos cuenta cómo las principales especialidades que trabajaba su abuela eran las alubias, cocinadas en la cocina económica, y el cabrito al burduntzi. A día de hoy, ambas especialidades todavía se mantienen en el Txurruka y, además, siguen cocinando con la económica. “Las cosas tienen otro sabor” comenta Iurdana, subrayando que las legumbres tienen una gran importancia en la oferta de su restaurante. “En nuestro menú del día todos los miércoles hay garbanzos con morcilla y berza, y los jueves alubias con chorizo, tocino y morcilla. Y hay gente que viene todas las semanas esos días fijos a comer nuestras legumbres”.
Además del menú del día, en Txurruka se sirve un atractivo menú de fin de semana por 32,50 euros, bebida e IVA incluidos, diferentes especialidades, carnes y pescados a la parrilla y postres caseros.
Un excelente menú “Tripontziak”
Volveremos a Txurruka a probar sus especialidades de casa, pero nuestra primera visita fue para degustar el menú “Tripontziak” que se inició con una vistosa y elegante ensalada (Foto 1) servida en una concha de hojaldre y acompañada de tocino Euskal Txerri y lascas de queso de cabra del caserío Egotza. Nos sorprendió lo equilibrado de la ensalada, el juego de texturas que le proporciona la concha de hojaldre y el tocino, y el toque especial del vinagre de Jerez en el aliño. Un plato riquísimo que, imaginamos, es una muestra de lo que se cuidan en esta casa las ensaladas, que son uno de los puntales de la carta.
Siguió a la ensalada una Merluza a la brasa con verduritas del caserío Itsasoi al wok que nos encantó por el conseguido punto de parrilla sin secar para nada la merluza, que resultó jugosa y sabrosa, y por la textura de las verduritas que la acompañan, salteadas al mínimo para quedar al dente contrastando maravillosamente con el pescado.
La carne consistió en un Cabrito de Egotza asado a baja temperatura con su jugo, otro plato que nos sedujo inicialmente por la vista debido a su precioso color dorado, pero que nos terminó de convencer en boca. Crujiente, suculento… fue uno de los mejores cabritos que recordamos en nuestra larga andadura gastronómica. Imaginamos que el cordero, siempre disponible en la carta de Txurruka, se elaborará de manera similar, lo que suma un motivo más para tener en cuenta este restaurante.
Finalmente, el postre consistió en el denominado “Nuestro postre de tres chocolates de Mendaro” al que Iurdana añadió en esta ocasión unas almendras y una reducción de naranja. Aunque a simple vista pueda parecer un postre excesivo tras comer tres platos, en boca resulta más ligero de lo que parece y se come con facilidad, cual si fuera un tiramisú. Un postre exquisito que corona a la perfección un menú que nos pareció impecable, sobre todo habida cuenta de su buen precio.
El menú Tripontziak se complementa con “El Niño” de Campillo, un tinto de Rioja Alavesa cono 6 meses de barrica que si bien peca ligeramente de dulzón, resulta más que correcto y apropiado para acompañar el menú. Hablando de vinos, en Txurruka cuentan con una amplia carta en la que, además de los habituales Riojas, encontramos botellas de Navarra, Ribera del Duero, Rueda, Getariako Txakolina, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Somontano, Alemania… Iurdana intenta trabajar la carta de vinos al igual que hace con la carta habitual en lo referente a la utilización de productos locales y Km. 0, así, intenta ofrecer vinos de bodegas de pequeños productores, vinos curiosos… “Recientemente hemos retirado en Codorniu y hemos empezado a trabajar con una pequeña bodega de Cava llamada Rovellats, que hacen unos cavas riquísimos”, subraya Iurdana como un ejemplo de su filosofía vinícola, que nos parece coherente y acertada.
Una grata experiencia, por lo tanto, la degustación del menú Tripontziak en Txurruka, que recomendamos fervientemente a todos nuestros lectores y lectoras. Eso sí, nos comprometemos a volver a esta atractiva casa de comidas antes del próximo verano para degustar su carta y comentar sus platos más emblemáticos. Estamos seguros de que no nos va a decepcionar.
TXURRUKA JATETXEA
Txurruka Auzoa, 11 - SORALUZE
Tf: 943 75 15 81