El pasado mes de mayo tuvimos el placer de acudir, de la mano de Juan Cintero, de Representaciones Alai Berri, a las instalaciones de la bodega Martínez Corta, sitas en Uruñuela, en pleno corazón de la Rioja Alta. Conocíamos los caldos de dicha bodega por su excelente vino “Tentación”, disponible en monovarietal garnacho y tempranillo, pero no habíamos tenido ocasión de profundizar en el resto de vinos de la casa, una bodega familiar fundada por Félix Martínez Marijuan, (apodado “el Corta” -diminutivo de “el cortador”- por la tradición carnicera de su familia) y dirigida a día de hoy por sus hijos.

Mejor crianza de 2015

Llegamos a Martínez Corta en un buen momento. Su crianza, “Soros” ha sido elegido como Crianza Institucional de la Denominación de Origen Calificada Rioja para 2015. Esto quiere decir que en todos los actos institucionales que organice la D.O.C. Rioja (comidas, presentaciones, catas, celebraciones...) se servirá el crianza de Martínez Corta. “Esto es mejor que cualquier premio o medalla” nos comenta Félix Martínez hijo. Hay que tener en cuenta que el “vino institucional” de cada año se elige en cata a ciegas entre las más de 600 bodegas de La Rioja. Los catadores, además, actuan con la seriedad que implica que el vino elegido representará a la Denominación más importante del estado a lo largo de todo un año. En este éxito ha tenido también mucho que ver la experiencia y el saber de Fernando Salgado Rubio, enólogo y asesor de la bodega.

Experiencia y sabiduría

“Viñedos con sabiduría y sabiduría en el viñedo” es el lema de esta familia, “los Corta” que elabora sus vinos de manera artesanal sin dar la espalda a la tecnología. Los actuales responsables son la cuarta generación familiar que cultiva el viñedo tal como lo hacía su bisabuelo, su abuelo y su padre, que sigue recorriendo sus parcelas para comprobar, prácticamente de una en una, el estado de las cepas.

Las bodegas Martínez Corta tienen el privilegio de cultivar sus uvas en una zona privilegiada como es el valle del bajo Najerilla, lindando con Cenicero, donde cuentan con varias fincas como “La Rasilla”, “Matarredo” o “Fuente Fría” donde gestan su crianza Soros, sin olvidar un pequeño pago de 5 hectáreas, “El Campillo” en el que plantan las garnachas y tempranillos que conforman su vino de autor, Tentación, vino con el que se han ganado el paladar de muchos gourmets, así como el de un sector exigente y especial al que cada vez se presta más atención en Rioja: las mujeres.