Es posible que aquel día que pasamos por Kosta Aroa fuera uno de los mejores del mes, no es difícil porque veníamos de cielos grises y aquel día el cielo era bien azul y lucía el sol como las sonrisas de mis acompañantes… qué bonito es rodearse bien y de personas tan bonitas (@emulsiongourmet, @marquesadegourmand, @irmaa.aguilar y una servidora). En la bonita localidad de Getaria se encuentra este mágico lugar donde crecen hortalizas y frutas con maestría y mucho trabajo. Jaime Burgaña, capo de este paraíso verde es capaz de trasmitir esa historia y sabiduría que lleva en las venas. Él habla y su producto también y en cuanto te lo metes en la boca te callará para solo poder esbozar un gemido que roza el gozo, ése que dejamos para los momentos mas íntimos. De allí me traje su maravilloso tesoro que es el guisante lágrima, también alcachofas y habitas, flores preciosas y piquillos. Todo podría ser parte de un bodegón perfecto, de una cucharada infinita y de un capítulo especial en este libro que es la vida.

Ingredientes: 

• Alcachofas y habitas cocidas de Kosta Aroa.
• Caldo de verduras.
• 1 yema de huevo por persona.
• Flores comestibles

ELABORACIÓN:

Haremos un caldo de verduras con puerro, zanahoria y el sobrante de las alcachofas y reservaremos. Lo cocinaremos durante una hora para después dejarlo reposar otro tanto o mas.

Nos haremos con unas alcachofas cocidas de Kosta Aroa, las marcaremos en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra.

En un plato hondo podremos los pétalos de habitas, las alcachofas marcadas y la yema de huevo en la mitad del plato. 

Pondremos el caldo de verduras bien caliente y terminaremos con unos pocos pétalos de flores.

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Ainara López
Madre y divulgadora gastronómica