Como era de esperar, este 2020 tan especial no se ha prodigado mucho en eventos y presentaciones gastronómicas, algo que solía ser de lo más habitual en la recta final del año hasta el punto de haber una auténtica saturación de saraos de trasfondo culinario. La sequía este año, sin embargo, ha sido de lo más evidente. Por eso nos alegramos especialmente cuando a finales del año pasado recibimos la invitación del Ayuntamiento de Alkiza para acudir a la presentación ante los medios del queso “Urdina”, elaborado por la prestigiosa quesería Agour Fromagerie d’Irati  de Iparralde, que ha construído, para ello, una factoría en Lizartza.

Y nos alegramos por varios motivos, entre ellos porque el Agour tradicional es un queso que nos encanta desde que lo conocemos, que ya son unos cuantos años, y porque estábamos seguros de que la versión azul también nos iba a encandilar, y, además, la alegría fue doble porque la presentación iba a tener lugar en Inazio Urruzola, la bodega de txakoli de Xabier Urruzola y Garazi Del Rey, un lugar que nos encanta y del que hemos hablado en múltiples ocasiones en esta página, además de incluirlo en nuestro libro “Rutas y Restaurantes con encanto de Gipuzkoa”.

Además, por si ello fuera poco, guardábamos un excelente recuerdo de otro evento “gastrocultural” al que habíamos asistido también en Alkiza a lo largo de este año, concretamente la presentación de la 3ª Edición de “Sormenaren Kabia”, una beca cultural ofrecida por este consistorio de Tolosaldea que fue dada a conocer por tercer año en el museo Ur Mara de Koldobika Jauregi en junio de este mismo año, y se acompañó de una exhibición y degustación de los productos de la joven empresa local Ekotalo, maridados con los txakolis de Inazio Urruzola.

Acudimos, por lo tanto, felices y contentos a la mencionada txakolindegi donde se dieron cita no pocos medios de comunicación, además de los alcaldes de los dos municipios implicados, Lizartza y Alkiza, los responsables de la bodega, el gerente de la empresa Adour y varios invitados, así como el enólogo Mikel Garaizabal, que condujo el maridaje que los presentes llevaron a cabo con el queso presentado y el excelente txakoli espumoso de la casa, “Juanita”. 

Evento “Norte-Sur” al que seguirán otros

Arrancó el acto el alcalde de Alkiza, Iñaki Irazabalbeitia, que subrayó que este tipo de eventos “hacen país, hacen Euskal Herria” y avanzó que esta colaboración entre Iparralde y el sur de Euskal Herria traería en el futuro más eventos destinados a unir las dos zonas de nuestro país. Por su parte, el alcalde de Lizartza, Iñaki Azpiroz, subrayó la importancia que ha tenido tanto para la comarca como para su localidad la apertura de la nueva quesería de Agour en Lizartza.

Más que un queso, “un desafío”.

A continuación tomó la palabra Peio Etxeleku, presidente de la quesería Agour, quien comentó que la creación de este queso azul había supuesto para su empresa un gran desafío, o, mejor dicho, tres desafíos. “Por una parte, ha sido el desafío de un pueblo” afirmó Peio, ya que para elaborar este queso recogemos leche de pastores de las 7 provincias vascas, algo que no se ha hecho nunca y que hemos podido hacer gracias a nuestra experiencia de 40 años. Por otra parte, ha sido un desafío técnico, ya que la factoría de Lizartza se ha creado con las últimas tecnologías. Y finalmente ha sido un desafío económico, ya que ha supuesto la mayor inversión realizada en nuestra historia”.

Con un queso en la mano, Peio Etxeleku procedió a continuación a explicar las características que diferencian al mismo. El presidente de Agour dio una gran importancia a la forma del queso, que exteriormente parece un queso convencional como podría ser un Idiazabal, “solo que en el interior nos encontramos con un queso cremoso”. Como subrayó Etxeleku, “esto, técnicamente, ha sido muy difícil de conseguir, por lo que estamos muy orgullosos del resultado. Además, esto es el primer paso de un proyecto más profundo. Pronto sacaremos otra versión del queso con leche de vaca (el original es de oveja), y otros con leche de cabra en otros formatos diferentes como cuñas, etc... y todo ello exclusivamente con leche de Euskal Herria” comentó orgulloso.

“Juanita”, un espumoso con carácter

Tras la presentación del queso, llegó el momento de que los anfitriones de la jornada, Xabier Urruzola y Garazi del Rey, presentaran el vino elegido para acompañar al Agour “Urdina”. Xabier tomó la palabra para comentar cómo ya hace 8 años que decidieron dar el salto de Donostia a Alkiza, pasando de vivir en la capital a involucrarse en un proyecto como una bodega de txakoli en un “centro gastronómico” como es Tolosaldea. Xabier comentó cómo han trabajado durante estos años con lo que él considera “un tesoro de Euskal Herria” como es la uva Hondarrabi zuri, que, muchas veces, según el joven viticultor, “no la hemos tratado como se merece”. En cuanto al vino elegido, el espumoso “Juanita”, Xabier comentó que ha sido bautizado así en honor a la abuela de Garazi, natural de Asteasu, y que están muy satisfechos con el resultado, un txakoli espumoso con mucho carácter y una burbuja muy fina.

El cierre de Mikel Garaizabal

Como no podía ser de otra manera, todos los asistentes terminaron probando el queso y degustando el “Juanita”, pero no de cualquier manera, sino siguiendo los sabios consejos de Mikel Garaizabal que como es habitual lo dio todo en su intervención. Con el tono didáctico y teatral que le caracteriza, el de Elorrio nos hizo degustar el queso de Agour y nos indicó cómo enfrentarnos al espumoso para disfrutar plenamente del maridaje entre ambos productos, algo que, como siempre, consiguió con nota alta dejando encantada a la concurrencia. 

Una vez terminada la presentación, los presentes pudieron degustar más queso y espumoso ya relajados y fuera del corsé de los protocolos de cata. Aitor Buendía, de La Ruta Slow,  presente en el acto, entrevistó a todo el que se puso a tiro de su micrófono y poco a poco los asistentes se fueron dispersando con un excelente sabor de boca. 

Por nuestra parte, podemos afirmar que la apuesta de Agour va a dar mucho que hablar en el futuro. Los de Iparralde han creado un producto sabroso, cremoso, graso, que recuerda en parte al Montagnolo alemán. Un queso azul amable y sabroso para ser degustado poco a poco, y que cubre, indudablemente un hueco evidente en los quesos vascos. No es el primer intento de creación a lo largo de los últimos años de un queso azul autóctono, como bien recordarán los que probaron y disfrutaron de su día del queso azul de leche de oveja latxa creado hace unos años en el seno de la Escuela de Pastores de Gomiztegi, proyecto que finalmente no terminó de cuajar como se esperaba. Esperemos que el Agour Urdina alcance y supere las expectativas que ha generado y que pronto estemos hablando con total normalidad no “de un” queso azul, sino “del” queso azul de Euskal Herria.