PATXIKUENEA ERRETEGIA: GRAN MENÚ DEGUSTACIÓN DE PARRILLA
- Texto: JOSEMA AZPEITIA. Fotografía: RITXAR TOLOSA
Llegamos a Patxikuenea, un desapacible lunes de finales de enero, corriendo del parking a la puerta del restaurante para resguardarnos del diluvio universal que estaba cayendo sin piedad. Eso sí, una vez atravesado el umbral de entrada, el panorama cambió completamente.
Primero recibimos la calidez humana de Xabi, el responsable de la barra de cortesía del hall de Patxikuenea, esa sala que da una primera impresión humana y cercana de este restaurante familiar y que le diferencia de otros muchos. Y acto seguido, al pasar al comedor exterior del asador recibimos otro tipo de calidez: la proporcionada por la hermosa estufa que los Manterola han instalado en mitad de la estancia y que calienta con un calor “goxua” (dulce) los cuatro rincones de la sala Más adelante, también recibimos, como no, otro tipo de calor, el de la impresionante parrilla de Patxikuenea
Gran menú a precio muy atractivo
En esta ocasión acudimos a Patxikuenea con el fin de conocer su Menú Degustación, una nueva opción que Aitor Manterola, responsable del local, ha puesto en marcha con el fin de que la gente pueda disfrutar de una comida variada que muestre la línea general del restaurante a un precio atractivo. “La mayoría de la gente acude a Patxikuenea con una idea ya fija: comer un buen rodaballo o una buena chuleta a la parrilla y un par de entrantes de picoteo. Pero hay gente a la que le gusta probar varias cosas, así que hemos creado esta fórmula para que disfruten de una comida variada y no les suba en exceso la cuenta”.
La comida, así, comenzó con dos pequeños entrantes (1) servidos en el mismo platillo: Guija ibérica con espuma de maíz y Brick de pollo con orejones y avellanas con mayonesa de hongos y emulsión de tomate. Ambos resultaron equilibrados y sabrosos, una manera genial de entrar en materia de la manera más típica en nuestro entorno: degustando un par de pintxos.
El siguiente entrante, ya en un tamaño o formato mayor, fue ya palabras mayores: una ración de alcachofas (2) elaboradas de dos maneras diferentes: dos de ellas sencillamente fritas y acompañadas de un rico aceite de perejil, y las otras dos elaboradas como el plato de carta “Alcachofa Patxiku”, es decir, envuelta en jamón ibérico crujiente. Los cuatro bocados resultaron sencillamente exquisitos, tanto las alcachofas fritas, en un punto perfecto de cocción, como las “Patxiku”, en las que el jamón no disimulaba para nada el sabor de la verdura.
Siguió a las alcachofas un clásico de la casa: el exquisito Hongo salteado con falso huevo (3) seguido del Pulpo a la parrilla con crema de puré de patata (4), primero de los tres platos del menú elaborados a la brasa, especialidad indiscutible del restaurante. Un plato sencillamente redondo en el que el purpo guarda una textura al dente perfecta y complementado con mucho gusto con un buen pimentón picante que aporta su toque de gracia.
La parte del pescado se compone de una jugosa Merluza a la parrilla con salsa verde y crujiente de plancton (5), un plato clásico en concepción pero moderno en presentación y acabado, acompañado de un pisto de calabacín que acompaña muy bien a las verduras y una salsa gelatinosa y sabrosona que lo termina de redondear. Y el punto álgido del menú lo compuso, como no, la txuleta (6), producto más emblemático de la casa y por el que siempre ha sido conocido y respetado Patxikuenea. El parrillero actual, “Bru”, un argentino que trata la carne al gusto de los vascos, demostró con creces su buena mano. Hemos comido muchas veces carne en Patxikuenea pero tenemos que subrayar que ésta fue una de las txuletas más remarcables que recordamos haber degustado aquí.
El menú de Patxikuenea se corona con un Yogur griego con frutos rojos y mango que cumple a la perfección su función: dar un toque de dulce al menú tras tanto salado. Una manera deliciosa de terminar este desfile de delicias.
Y todo ello, sin dañar en exceso la cartera, ya que el precio de este menú degustación, los dos aperitivos, los cinco platos y el postre es de 50 euros, bebida aparte. Un precio más que atractivo teniendo en cuenta que estamos hablando de un auténtico festín y unos productos de una calidad excepcional.
Sin duda, Patxikuenea, que cumplió 45 años el pasado 5 de noviembre, sigue consolidándose como una de las opciones más serias y recomendables de Oarso-Bidasoa, un restaurante tradicional, cálido y acogedor que nunca decepciona y con el que siempre quedaremos muy bien, ya sea recomendándolo, ya sea acudiendo al mismo en una ocasión especial o por mera curiosidad gastronómica. Patxikuenea es un must.
ASADOR PATXIKUENEA
Bº Gaintxurizketa - LEZO
Tf: 943 52 75 45