Me quedo con los buenos recuerdos aunque los malos valgan también su peso en oro como fase del interminable aprendizaje de nuestra vida

Ha pasado ya más de un mes desde que cerramos la puerta de ESSENCIA wine bar por última vez. Cuatro años muy intensos, en los que hemos disfrutado mucho por momentos, aunque también los hemos sufrido de gran dureza. Como suele decirse en estos casos, me quedo con los buenos recuerdos, aunque los malos valgan también su peso en oro, como fase del interminable aprendizaje a lo largo de nuestra vida. Como dice nuestro gran amigo Carlos, el “doctor”, la vida es un suspiro y, al menos, hemos de disfrutarla mientras podamos.

Tras un maravilloso mes de julio, en el que he podido dedicar tiempo a mi familia y amigos, he vuelto a tener contacto con la naturaleza y a disfrutar del vino como si cada sorbo fuera mejor que el anterior, he llegado a la convicción absoluta de que la decisión de echar la persiana ha sido la mejor que hemos tomado, al menos, en los últimos cuatro años.

Pero aquí no acaba nada, empieza todo. El pasado 2 de Agosto abrimos las puertas de ESSENCIA wine, en la Parte Vieja, con un local mucho más pequeño aunque también más personal y manejable. Como no podía ser de otra forma, hemos incorporado multitud de nuevas referencias, nuevos productores, nuevos estilos. En las siguientes líneas os resumo un par de ellas.

Hace un par de meses conocí a Juanjo Tellaetxe, alavés de pura cepa y sacerdote, casi nada. Probablemente algunos de vosotros recordéis Údico, sin duda el mejor txakoli alavés que se ha elaborado hasta el momento, aunque tan sólo pudimos disfrutar de él en una única añada, la 2014, ya que no ha vuelto a elaborarse posteriormente. Pues bien, las uvas con las que el gran Roberto Oliván engendró aquel fantástico vino procedían de la mejor parcela que posee Juanjo. Hace ya unos años que comenzó a elaborar sus propios vinos y hace tan sólo unos pocos meses vio nacer su proyecto más personal: Tantaka. Bajo este nombre produce dos vinos sensacionales, uno compuesto por Ondarrabi Zuri en su totalidad y otro donde incluye un 20% de Ondarrabi Zerratia o también conocida como Petit Corbú. Poquísimas botellas producidas de ambos y merecedores de ser probados por todo aquel amante del vino.

Mil quilómetros más al sur, allá por mis queridas tierras sanluqueñas, se encuentra la albariza que ha dado lugar a algunos de los vinos más excepcionales que jamás haya probado. Estamos en Viña Armijo. Pupilas y papilas se humedecen de manera extra tan sólo con escribirlo. Del Armijo han nacido los mejores vinos de Sanlúcar, gracias a Gaspar Florido, un genio que vivió muy adelantado a su tiempo. Ahora Isolina, su hija, transcurridos ya unos cuantos años de la muerte de su padre, ha decidido rendirle tributo y, gracias a la mano de Ramiro Ibáñez, volver a producir vino a partir de éste viñedo histórico. La 2016 fue su primera añada y la 2017 acaba de salir al mercado. Producción escasísima de mil botellas que encierran historia y personalidad en cada una de ellas.

Queridos amigos de Ondojan.com, disfrutad del vino o de lo que sea, que la vida, queramos o no, es un suspiro.

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ESSENCIA DE VID 

DANI CORMÁN
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