Jueves, 21 Noviembre 2024

NOS ESTAMOS CARGANDO EL KILÓMETRO 0

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¿NOS ESTAMOS CARGANDO EL “KILÓMETRO 0”?

 

Hace unas semanas, mientras estaba desayunando en la barra de un restaurante donostiarra conocido por la utilización de producto local, fui testigo de la visita de unos comerciales al propietario para intentar venderle un producto elaborado que, al parecer, iba a facilitarle bastante los procesos de cocina. En un momento de la conversación, el comercial se puso serio y afirmó: “sí, es un producto elaborado, pero ten en cuenta que todos sus ingredientes son producidos en una granja de Lugo que es Kilómetro 0“.

Casi simultáneamente, muy pocos días después, al entrevistar a un cocinero sobre sus platos de temporada, éste me comentó, entre otras cosas, que “ya hemos empezado con los hongos” y, prácticamente el mismo día, leí en la página de Facebook de un restaurante miembro del movimiento Slow Food que “comenzaban temporada con los primeros boletus edulis”. Estábamos todavía a principios de marzo.

Cuando publicamos la primera edición de “La Senda del Pintxo”, allá por 2011, al ya cerrado Aloña Mendi, un reputado bar del centro de Donostia especializado en hongos, le costó Dios y ayuda que un proveedor le consiguiera unos cuantos ejemplares de Ontto Beltza en mayo para poder hacer una foto para el libro. 8 años después, los restaurantes “Kilómetro 0” se jactan de tener hongos ya en invierno, antes, incluso, de la aparición de las primeras zizas de primavera, y los comerciales definen sin ningún pudor como “Kilómetro 0” un producto elaborado en Lugo, a 600 kilómetros del restaurante al que se lo están ofreciendo.

La industria alimentaria y las grandes distribuidoras son camaleónicas y hace tiempo que se adaptan a las necesidades del mercado ofreciendo productos etiquetados como “Kilómetro 0” cuya adquisición tranquiliza la conciencia de los consumidores, a pesar de que estos los adquieren en grandes superficies comerciales, envueltos en plástico y durante las cuatro estaciones del año. 

Este “engaño” lleva ya tiempo realizándose, pero a los que nos gusta disfrutar de los productos de temporada nos quedaba el consuelo de que en los bares y restaurantes de mercado se respetaban las estaciones y se optaba por proveedores de cercanía.

Tengo la sensación de que esta loable política ha entrado en un estado de relajo. El cambio climático está mezclando las estaciones, los buitres de la alimentación aprovechan la confusión para colar gato por liebre y el consumidor ha pasado de reivindicar los productos “Slow” a encontrárselos en todas partes y olvidarse de que cada alimento tiene su lugar y su temporada. Nos estamos cargando el Kilómetro 0, un concepto que, dentro de poco, será una simple etiqueta vacía de contenido.

 

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josema 6336

  

 

ESTUPIDO CONCIENZUDO


JOSEMA AZPEITIA
Coordinador de Ondojan.com