Sin duda, vivimos en una parte del mundo en la que la gastronomía lo inunda todo: desde nuestras tradiciones más arraigadas, que en muchas ocasiones tienen un transfondo culinario o terminan, inevitablemente, con una comida, cena, merienda o lunch como perfecto colofón, hasta nuestras conversaciones diarias, que no rondan habitualmente sobre el tiempo o los avatares de la política, sino sobre la última cena que hemos preparado en la sociedad, el último restaurante del que hemos disfrutado o el bar donde hemos descubierto una interesantísima tortilla de patata que nos ha entusiasmado por su punto de cuajo y el tratamiento que dan al tubérculo.

En un lugar en el que la gastronomía es un fenómeno tan omnipresente es normal que los restaurantes mayoritarios sean los que se ocupan de elaborar una cocina típica, tradicional y arraigada al territorio. Incluso los restaurantes gastronómicos reconocidos en las más prestigiosas guías, cuentan con gran cantidad de platos basados en la tradición local y se preocupan en gran manera de utilizar productos de proximidad o de incluir guiños a los platos tradicionales hasta en las creaciones más originales y estrambóticas.

Donostia y Gipuzkoa son una excepción en un mundo cada vez más globalizado en el que lo habitual (lo vemos si viajamos a Barcelona, París, Londres...) es una preminencia de los locales de cocina internacional (chinos, japoneses, turcos, alemanes, marroquís, italianos, indios...) que, además, ofrecen una cocina no excesivamente cuidada y dirigida más al consumo rápido que a la elaboración de una culinaria propia y original.

En Donostia, sin embargo, contamos con interesantes establecimientos de cocina oriental. Uno de ellos es Tsi-Tao, dirigido por Pomen Jin, que ocupa nuestra portada y una breve entrevista en la que el inquieto empresario chino nos cuenta sus impresiones sociales y gastronómicas sobre nuestro país y el suyo. El artículo dedicado a ese establecimiento complementa a la perfección al reportaje principal de la revista, la entrevista realizada por Mikel Corcuera al que esto firma, que tuvo en sus vacaciones la suerte de poder recorrer por tercera vez la milenaria China y disfrutar de su gastronomía. Sin duda, la cocina China va mucho más allá del arroz y de los platos habituales en los restaurantes a los que nos hemos acostumbrado en los últimos años. La gastronomía China es, al igual que lo fue el país en sí, un gran “gigante dormido” que cuando despierte va a dominar y asombrar al mundo por su diversidad, su variedad y su calidad... al tiempo. 

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ESTUPIDO CONCIENZUDO

JOSEMA AZPEITIA
Coordinador de Ondojan.com