DE CHORIZO PAMPLONA Y FOIE
Siendo tan evidente que el momento gastronómico sublime es el maridaje perfecto de los cinco sentidos, la compañía o las circunstancias en las que se disfruta, hacen que la experiencia sea inolvidable. |
El momento gastronómico sublime de cada uno no tiene que ir ligado exclusivamente a una delicatessen. Hay que resaltar la importancia tanto del alimento como del entorno, las circunstancias, el momento, la compañía...
La experiencia va mas allá del alimento en si, la mezcla no es tan solo de los cinco sentidos (vista ,gusto, olfato, tacto y oído). No voy a entrar a describir cada uno, pero dando por hecho que no todos los percibimos con la misma intensidad, cada experiencia se convierte en algo único, personal e intransferible.
A veces incluso va mas allá, y un momento gastronómico (o la conjunción de varios) puede llegar a recoger la esencia de una etapa de la propia vida...
Los bocadillos de Atún hecho en conserva por la abuela, aquellas kokotxas que nos preparó Iñigo en la sociedad, las chuletillas al sarmiento de aquella bodega con Javi y Belén, la panceta a la brasa de aquella excursión y, por supuesto, aquel bocadillo de chorizo Pamplona con la grasa y el pimentón fundidos en el pan que compartí con mi sobrino en el monte y el pintxo de Foie con Chutney de Mango de aquel bar que me descubrió Karen.
Siendo tan evidente que el momento gastronómico sublime es el maridaje perfecto de los cinco sentidos, la compañía o en las circunstancias en las que se disfruta, hacen que la experiencia sea inolvidable.
KIKO AGUDO