HOTEL - TRINKETE BERRIA: La joya de Hazparne
Desde junio de 2018, la ciudad labortana de Hazparne cuenta con un establecimiento de excepción: el Hotel Trinkete Berria, un imponente edificio construído hace 90 años y restaurado en su integridad por Jean-Marc Charritton, empresario y mecenas local, propietario de la empresa aeronaútica Lauak con sucursales en varios países.
De hecho, fue el propio Charritton quien se encargó de poner los medios de su empresa en marcha para la reconstrucción del emblemático hotel-trinquete, en cuya renovación trabajaron más de 300 personas.
Cuando Jean-Pierre Charritton supo que el viejo Hotel Berria y su trinquete se encontraban en venta, no lo dudó y lo adquirió con el fin de renovarlo y donar a su comunidad un espacio en el que se unieran deporte, turismo y gastronomía. Este espacio llevaba ya varios años en desuso después de haber sido considerado, por su importancia y sus dimensiones, el “Templo de la pelota en el País Vasco”.
Curiosamente, en su origen, en 1929, el trinquete había sido construído por otro benefactor local, Jean-Pierre Choribit, nacido en Hazparne en una casa que, curiosamente, también contaba con su propio trinquete, y emigrado a Chile en su juventud. Los negocios le fueron bien a Choribit y en uno de sus viajes a su pueblo natal decidió construir la casa y el trinquete que pronto cumplirán la friolera de 100 años.
Recuerdos de su infancia
“Yo nací en Isturitz, pero mi padre nació en la casa Ehulatea, muy cerca de este trinquete en el que jugamos a menudo en familia a pelota mano. La pelota ha sido siempre un deporte muy unido a mi familia y mi hijo sigue pracicándolo todos los lunes. Cuando era joven, asistí a preciosos partidos en este trinquete que entonces era el templo indiscutible de la pelota. Era la época de los Behengaray, Zugasti, Haran, Etchart... mi decisión, por lo tanto, rinde homenaje a un pasado cultural y deportivo de nuestro país y se proyecta en el futuro, pues la pelota tiene todavía mucho que decir en nuestro entorno”.
Las declaraciones de Charritton, recogidas en una entrevista en la revista conmemorativa editada con motivo de la inauguración del Hotel Berria, se entienden al entrar en el trinquete y comprobar la espectacularidad de sus instalaciones y la calidad de los materiales empleados. El empresario ha querido, sin duda, legar un espacio fuera de serie a sus vecinos y lo ha conseguido. El trinquete, además, es un espacio multiusos que puede tranformarse en sala de fiestas y acoger desde conciertos hasta banquetes y todo tipo de celebraciones.
Un precioso hotel con todas las comodidades
El hotel Berria cuenta en sus instalaciones con cuatro tipos de habitaciones: La habitación “clásica” de 16 m2, la “superior” de 18, la “lujosa” de 22 y la “prestigio” de 30. Las habitaciones, además, han sido decoradas con gran gusto por la esposa de Jean-Marc, Maido Charritton.
La decoración oscila entre el clasicismo y la modernidad con un estilo claramente vasco y todas las habitaciones están equipadas con todas las comodidades: Televisión de pantalla plana con cadenas internacionales, wi-fi en todas las habitaciones, mesa de despacho en cada habitación, mini bar, máquina de café Nespresso y té, albornoz, zapatillas, productos de baño, secador, caja fuerte y aire acondicionado.
Unos precios ajustados y razonables
El hotel, por su parte, cuenta con acogida las 24 horas los 7 días de la semana, personal multilingüe, guarda equipaje, parking, wi-fi gratuito, terraza, bar, restaurante, sala de seminarios para 25 personas, una carpa con capacidad hasta 300 personas y el trinquete.
Llama la atención, siendo un hotel con semejante cantidad de comodidades, nuevo y céntrico, los excelentes precios, máxime encontrándonos al otro lado de la muga: La habitación doble clásica, que ya de por sí resulta excelente, tiene un precio de 104 euros la noche en temporada baja y de 156 en temporada alta, mientras que la habitación más lujosa, la “prestigio” cuesta 146 euros en temporada baja y 218 en temporada alta. Compárese esto con los precios de los hoteles en Donostia y saque cada cual sus conclusiones...
Otro punto a favor es que, al igual que en todo Francia, las tarifas se encuentran visibles en el exterior en un lugar público de manera que cualquiera las puede consultar antes de decidirse a entrar. Una práctica democrática y transparente que debería ser adoptada a este lado de la muga.
Una extraordinaria cena en inmejorable compañía
Aparte de recuperar el trinquete y el hotel, uno de los principales objetivos de Jean-Marc Charritton desde que comenzaron las obras fue el de que el hotel contara con un restaurante gastronómico, así que desde el inicio se puso a buscar un buen chef y no paró hasta encontrar a Peio Donapetry, natural de Isturitz, al igual que el propio Charritton y, además, hijo del alcalde de la localidad, puesto que en su día ocupó el padre de Jean-Marc... en una entrevista publicada en la revista del hotel, Charritton considera el haber encontrado a Donapetry como “una señal del cielo”.
Milagros aparte, el joven Donapetry (27 años) que, a pesar de su edad se ha forjado ya con chefs como Alain Dutournier en Paris o Jean Cousseau en Le Rélais de la Poste (Magesq, Las Landas), nos demostró su dominio de los fogones a lo largo de la cena que nos ofició en el coqueto comedor del hotel, abierto al público exterior como restaurante y presidido por una espectacular cocina a la vista que lo muestra todo, resultando un espectáculo contemplar al chef ejecutando los platos.
La carta del restaurante Berria es sencilla y escueta, dividida en bloques de precios fijos: entrantes a 11 euros, platos principales a 25, plato de quesos a 9 y postres igualmente a 9 euros. Por lo tanto, si deseáramos comer una referencia de cada grupo desembolsaríamos 50 euros justos, bebida aparte. Un precio más que razonable al otro lado de la muga. Incluso ajustado, nos atreveríamos a decir.
Por nuestra parte, nos decantamos por los hongos salteados, resultando ser de los mejores que habíamos probado en mucho tiempo. De segundo, compartimos el Lomo de merluza de San Juan de Luz con coliflor, semilla de brócoli, emulsión de raifort, chorizo y cacahuete y el Pichón de Zuraide, servido con crema de apio y legumbres, cocinado en un punto sencillamente perfecto. Y tras los quesos probamos dos postres: los Higos asados a la miel con Mascarpone, y la Tartaleta cremosa de fruta de la pasión con frambuesas frescas y heladas.
Fue una cena exquisita en la que se cuidaron especialmente los puntos de cocción y en la que, además, tuvimos el placer de compartir mesa con el propio Jean-Marc Charritton, su esposa Maido y el amigo común de la pareja, el popular cantante de Iparralde Michel Etcheverry, que acudió acompañado de su técnico de sonido, Josean Zarco, con quien acaba de grabar su último disco. También pudimos conversar, por supuesto, con Peio Donapetry que resultó ser una persona humilde, viva e ilusionante. Sin duda, una velada inolvidable tanto desde el punto de vista humano como desde el gastronómico.
Pasión por el vino
La excelente cena descrita fue acompañada, además, de una igualmente acertada selección de vinos. Porque si Jean-Marc Charritton es un apasionado en cuestiones deportivas y gastronómicas, también lo es en las enológicas, hasta el punto de elaborar sus propios vinos en Portugal, en la península de Setúbal, cerca de la sede de la sucursal con que cuenta su empresa, Lauak, en territorio luso.
Así, comenzamos la cena con un aperitivo en el hall del hotel acompañado del vino Quinta da Areia Safada blanco, elaborado con las variedades Chardonnay y Viosinho, un vino fresco y floral que combinó de maravilla con el pintxo de vieira que nos fue servido. Ya en la mesa degustamos asimismo el Quinta da Areia Safada rosado Merlot 2018, de nuevo un vino fresco y goloso ideal para los entrantes, seguido de un magnum de Tinto Reserva Merlot 2016 de la misma bodega. Y rematamos con un Larrivet Haut-Brion 2016, un Burdeos de Pessac-Léognan que nos encandiló con su dulzura y acompañó armoniosamente a los quesos y los higos del postre, además de ser un adelanto ideal del Armagnac Chateau Garreau, el último “vino” con el que culminamos la sobremesa. Es de destacar que el restaurante cuenta con una excelente carta de vinos en la que no faltan, por supuesto, los vinos de Irulegi, así como una excelente representación de Burdeos, Riojas, algunos grandes Riberas del Duero... y como no, una bonita selección de Champagnes.
Desayuno con “diamantes”
Tras la fabulosa velada descrita, sólo quedaba pasar la noche y despedirnos de Hazparne y del Hotel Trinkete Berria, eso sí, no sin antes disfrutar de un opíparo desayuno. Y, de nuevo, más motivos para maravillarnos. El desayuno sigue la típica fórmula de “buffet libre” de todos los hoteles... con una pequeña diferencia: entre los artículos podemos encontrar gran cantidad de productos de la tierra de carácter artesanal: yogures Ekia, zumo de manzana Kupela, mermeladas Loreztia... delicias del País Vasco que completan la comunión con lo local que se respira en este hotel. Más de una vez me ha discutido algún hostelero que no es viable el ofrecer productos locales en el desayuno de un hotel. Tras pasar por Berria queda más que claro que un establecimiento con unas tarifas razonables puede permitirse ese lujo... ¿A qué están esperndo en Hegoalde para mirar arriba y aprender de nuestros hermanos del norte?
Hotel Trinkete BERRIA
68 rue Francis Jammes - HAZPARNE (Lapurdi)
Tf: 00 33 (0)5 59 29 11 10
https://hotel-restaurant-berria.fr/es/trinquete