MIRADOR DE ULIA: EN EL MISMÍSIMO CIELO
No exageramos cuando decimos que Rubén Trincado y su equipo nos hacen sentirnos en el cielo: en un cielo gastronómico con una propuesta culinaria sabrosa, original y colorista, y en un cielo físico al ofrecernos la más hermosa de las vistas de Donostia y sus alrededores.
Y es que el Mirador es un lugar único. Un típico restaurante familiar en el que hasta hace una década se servía una cocina tradicional sin complicaciones, que ha sido revolucionado por el benjamín de la familia, Rubén, cocinero inquieto, curioso y trabajador, que ha convertido la casa de comidas de sus tías en un templo de la cocina de vanguardia que le ha valido la consecución (merecida, opinamos) de una estrella Michelín y dos soles en la Guía Repsol. Una estrella y dos soles que acrecientan todavía más, aunque sea simbólicamente, la afirmación de sentirnos en el cielo.
Impresionante Menú Degustación
La mejor manera de acercarse a la cocina de Rubén Trincado es, sin duda, el Menú degustación, un alarde de imaginación y sabor que supera los 10 platos al increíble precio de 80 euros, una tarifa impensable en otros establecimientos similares. Los platos del menú cambian en función de los caprichos del mercado, la naturaleza o las estaciones, por lo que el menú que se muestra en la página contigua puede sufrir alguna que otra variación. En cualquier caso, estos platos, para que el lector se haga a la idea, no conforman el total del menú, todavía más extenso.
Las imágenes muestran, de izquierda a derecha y de arriba a abajo, los siguientes platos: Falso huevo relleno de emulsión de txistorra; Foie, helado de piña y mousse de pistacho sobre una alfombra roja de manzana; La gilda del Mirador, rellena de antxoas mariposa y emulsión de yemas; Hongo sobre emulsión de huevo frito, roca de patata y lámina de yuca; Espárragos sobre una mousse de marisco y mole de cacao; Carabinero con wakame, torrija y falsas huevas; Tuétano de ternera con cigalas, hongos y microverduras; Pato lacado con punto de 12 horas, base de praliné de avellanas y ósmosis de manzana; Espuma de Idiazabal, helado de queso de cabra, carpaccio de Idiazabal, virutas de jamón y esferas de aceite; Piel de leche rellena de mascarpone y helado de avellana.
Para acompañar debidamente estas exquisiteces, lo mejor es no correr riesgos y dejarse aconsejar por el sumiller Manu Garrido, un enamorado de su trabajo recientemente galardonado con el Premio Baccus en reconocimiento a su labor en favor de la cultura del vino.
Por lo tanto, queda claro: este verano, quien quiera sentirse en el cielo, lo tiene muy fácil en Donostia: sólo tiene que acercarse al mirador de Ulia haga el tiempo que haga (las vistas de Donostia pueden ser igualmente espectaculares o más un día de lluvia o tormenta) y disfrutar de una propuesta diferente, accesible y divertida.
> MIRADOR DE ULIA
Pº DE ULIA, 193 (MONTE ULIA). DONOSTIA.
TFNO: 943 27 27 07
www.miradordeulia.es