CAROL ARCHELI: PASIÓN POR EL BUEN PESCADO
Aunque hoy en día lo suyo es el pescado y porta orgullosamente el estandarte de liderar la tercera generación familiar al frente de la pescadería Espe, Carol Archeli no olvida la que fue su vocación inicial, el dedicarse a la enfermería. “¡Yo soy enfermera!” exclama esta donostiarra que llegó a finalizar dichos estudios y hasta ejerció como tal. De hecho, Carol trabajó como enfermera en ambulancia medicalizada, en Elgoibar y en Tolosa. Pero al nacer Mireia, su primera hija, en el año 2000, Carol llegó a la conclusión de que el negocio familiar le ofrecía una mayor libertad para dedicar más tiempo a su familia. Y así ha sido, pues a Maialen le siguieron Haritz y Unai, y Carol ha podido dedicar el tiempo necesario a sus tres hijos.
Eso sí, el que el negocio familiar le dé más libertad no quita que el de pescatero es un trabajo de gran dureza. Todos los días Carol acude a la Lonja de Pasaia a las 4:30 de la mañana, acompañada de su padre, Arsenio, para poder hacerse con el mejor pescado para sus clientes. “Hay que ir a primera hora para conseguir los mejores ejemplares y jugar con el precio y la calidad, porque puede pasar que entre la antxoa a las 8 de la mañana a 12 euros, y después de haber comprado que entre otro barco cargado a las 11 y la traiga a 8. ¿Y qué haces? En el fondo, esto es como la bolsa” afirma Carol.
Pasión por enseñar
Además de su vocación enfermera, está claro que Carol Archeli siente también una gran necesidad por enseñar, por divulgar y compartir sus conocimientos sobre el pescado. No contenta con pelearse en la lonja por conseguir las mejores piezas para sus clientes, esta pescatera recopila recetas que ofrece a quienes acuden a su puesto con el fin de que aprovechen al máximo los productos de temporada. Asimismo, no tiene ningún empacho en recibir a grupos de estudiantes de cocina e informarles sobre los diferentes pescados y su utilización. Esta pasión por la docencia, compartida con su marido José del Cura, maestro de profesión, queda patente si uno acude a comer a casa de Carol Archeli, pues ésta no se limita a cocinar para sus comensales, sino que intenta que entre bocado y bocado estos aumenten sus conocimientos sobre el mundo marino.
Así, en nuestro caso, la comida contó con un divertido experimento consistente en degustar cuatro piezas de bonito (ventresca, centro, cogote y cola) cortadas de manera especial, para demostrarnos que por mucho que conozcamos un producto, siempre puede éste ser disfrutado de una forma diferente y variada. La comida contó también con una degustación de varios productos ahumados (sardina, antxoa y esturión) adquiridos en Bretxoliva, puesto de la Bretxa cercano al suyo, y es que si algo es esta donostiarra es una ferviente defensora del Mercado de la Bretxa y de la idea de que todos los puestos deben ayudarse entre ellos.
Pescados de temporada
La comida con Carol incluyó también una ensalada de tomate procedente de la huerta que su padre posee en Aibar, junto a Sangüesa, que se encontraba en su punto perfecto de madurez. Continuó con la degustación de unas exquisitas cigalas a la plancha, que demostraron que el marisco se cuida tan bién como el pescado en la pescadería Espe, y finalizó con una erla al horno cuya receta adjuntamos en esta misma página y que sirvió para hablar de la importancia de consumir pescados de temporada. Hablando de los pescados que podremos adquirir a partir de octubre, fecha de salida de esta revista, Carol nos comenta que a pesar de ser una temporada relativamente pobre, todavía quedará algo de erla y txitxarro, así como los “eternos desconocidos”: Katu Arrai, Platusa, Muxu Martin... Respecto a este último pescado, Carol nos alerta de que últimamente está muy cotizado en Francia y que los franceses están arrasando con él.
Asimismo, esta locuaz pescatera nos recomienda el consumo de otros pescados más humildes como la locha o el sabirón. “La locha tiene una textura muy suave y un gran sabor. Puede comerse al horno, en rodajas, frita... Es un placer cerrar los ojos mientras la comemos y disfrutar de lo rica que está. En cuanto al sabirón, es un pez que se captura muy cerca de nuestra costa (de hecho, se esconde en las arenas de la Concha y pica a la gente), se vende en filetes y se come enrollado. A los niños les encanta!!” afirma nuestra anfitriona.
Tras compartir mesa y mantel con Carol Archeli, a nadie le queda la menor duda de que esta entusiasta del pescado es la persona más adecuada para llevar a buen puerto (y nunca mejor dicho) el negocio que puso en marcha su abuela Amalia Berastegi en 1939 y que el año pasado cumplió 75 años. Nos apostamos una mariscada a que Espe Arraindegia llega al siglo de existencia en perfecta salud.