Jueves, 21 Noviembre 2024

JUAN CINTERO: EL VENDEDOR QUE VINO DEL FRÍO

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A pesar de que nació en Miajadas (Cáceres), Juan Cintero pasó los años más significativos de su juventud y adolescencia en Alemania, país en el que residió junto a sus padres, emigrados por motivos laborales, entre los 12 y los 21 años. De hecho, cuando regresó para hacer la mili en Cáceres y ya finalizado el “servicio a la patria”, Juan estuvo a punto de volver a su país adoptivo. “Tras pasar 9 años en Alemania no me sentía cómodo en España” nos confiesa Cintero en un ataque de sinceridad “no me veía en este país, que entonces estaba mucho más atrasado”. Finalmente, la firmeza de la decisión de sus padres, que tenían muy claro que querían regresar y asentarse en Donostia, pudo más que sus perjuicios y se vino para estas tierras. A día de hoy, Juan Cintero todavía es capaz de hablar fluidamente el alemán, y en algunos detalles queda clara su experiencia teutona: es una persona insistente, organizada y tozuda, capacidades muy necesarias y apreciadas en alguien que se ha dedicado toda su vida a labores comerciales. 

CINTERO 3762 OJ128En cualquier caso, y para nuestro alivio, Juan no nos preparó un codillo con salchichas y choucroutte el día que nos invitó a comer a la Sociedad Mons de Intxaurrondo, sino que nos agasajó con una impresionante paella, plato que domina a la perfección y elabora con paciencia, cariño, y precisión germánica.

Una vida vendiendo

Una vez decidida su permanencia en el País Vasco, Juan comenzó a buscarse la vida como vendedor en el mundo de la distribución. Empezó trabajando en Kas, para pasar a Cervezas El Águila donde trabajó dos años y medio, antes de ser “fichado” por Eugenio Calvo Valgañón de Irun, “que tenía un almacén de licores en Ventas y se hacía toda la provincia” recuerda Cintero. De allí pasó a trabajar para las bodegas Cruzconde, elaboradoras del Anís La Cordobesa, antes de entrar, primero como trabajador y luego como socio en Representaciones Alai, por aquel entonces sito en Hernani. Al poco tiempo, y tras la jubilación de sus socios, Juan Cintero pasó a dirigir en solitario la empresa, trasladándola a Urnieta y convirtiéndola en una de las principales empresas de distribución a hostelería de Gipuzkoa.

La Navarra, buque insignia de Alai

CINTERO 2756 OJ128Distribuciones Alai es conocida en Gipuzkoa por ser la empresa que distribuye todos los productos del grupo La Navarra, desde los patxaranes hasta los vinos que estos últimos años se han convertido en uno de los principales productos del grupo. Juan no disimula el orgullo de trabajar para la prestigiosa firma navarra, así como el respeto hacia Juan Ignacio Belasco, propietario de la misma. “En patxaran son la principal empresa de Navarra”, afirma, “y es que es muy fácil hacer patxarán, pero hacerlo bien ya cuesta más. Y en cuanto a vinos, sólo deciros que hace unos 20 años compraron Homenaje, que era una bodega deficitaria y ahora es uno de los vinos que más se vende en Navarra, todo ello sin mencionar los grandes vinos que hoy en día elaboran en Navarra y otras partes del mundo.” Podemos dar fe de que Cintero es sincero, pues junto a la paella pudimos probar las cuatro “niñas bonitas” de la casa: Marco Real Reserva de Familia (Na­varra), Villaester (Toro), Swinto (Argentina) y Señorío de Andión (Navarra), cuatro vinazos que nos hicieron rozar el cielo.

CINTERO 2802 OJ128Con un pie en la jubilación pero activo al 100%, Juan Cintero sigue desviviéndose por su empresa, pero cuenta con más tiempo que antes para poder vivir con menos preocupaciones y viajar a menudo, siempre acompañado de su mujer, Angelita Martín, con quien se casó en 1973 y quien le dió dos hijos, Óscar y Sigrid, que igualmente le han “proporcionado” cuatro nietos como cuatro soles de los que disfruta siempre que puede. 

El salir a comer y cenar es otra de las pasiones de este empresario que visita regularmente los restaurantes de sus clientes, convertidos en amigos con los años. “Me encanta el Albistur de Oiartzun, local al que tengo un cariño especial, o el Tolare, también de Oiartzun. Voy mucho al Café Viena de Reyes Católicos y me encantan La Muralla y La Fábrica de la Parte Vieja. Y cuando quiero un homenaje, lo tengo claro: el Elkano de Getaria, pues siempre he sido más de pescado que de carne”.