RESTAURANTE ANTXON: CENA DE EMOCIONES
La que tuvo lugar el pasado 26 de mayo en el bar Gaztelumendi y el restaurante Antxon de Irun no fue una cena normal. Fue una explosión de sentimientos, fue una reunión de amigos de diferente pelaje, fue alegría, fue tristeza y, sobre todo, fue todo un alarde de gastronomía y buen rollo por parte de la pareja profesional que dirige este emblemático establecimiento desde hace una década. El mencionado día se celebró el encuentro “Compartiendo pucheros”, una iniciativa que sus impulsores tenían intención de haber llevado a cabo antes, pero que quedó inicialmente truncada al fallecer en marzo en un desafortunado accidente de moto en Madrid el chef extremeño Alberto Moreno, gran amigo personal de Félix Manso y Ángela Basabe. La celebración del día 26 tuvo muy presente a Alberto Moreno. El desaparecido chef fue mencionado en varias ocasiones (Félix se refirió siempre a él como “mi hermano pequeño”) durante la comparecencia final que realizaron los cocineros, provocando emotivos momentos de silencio, ojos rojos y miradas perdidas que fueron respondidas con aplausos por los asistentes.
El banquete comenzó a las 20:00 h. en el bar Gaztelumendi. Un cortador de jamón detallaba un jugoso Jabugo mientras un representante de la cerveza “Salvaje” de Campo de Criptana no paraba de servir cañas a todo el mundo. Un comienzo inmejorable al que se fueron sumando los incontables pintxos que empezaron a repartirse entre el público asistente: Bombones de foie con tierra de manzana, Piruletas de queso, Chupa Chups de foie, ventresca de bonito y boquerones con vinagreta, gildas, codos de bogavante sobre crujientes de gamba, natxos con queso, guacamole y pisto, enpanadillas de pato, perritos calientes...
A continuación, los asistentes pasaron al comedor donde se sirvió un excelente menú de platos creados por Félix Manso pero cocinados de una manera coral con los cocineros que acudieron a su invitación: Rubén Sánchez Camacho, de Daimiel, Fran Segura de Alicante, Richard Toix de Poitiers y Ángel Maestre de Madrid. Esta traca final consistió en un trampantojo de Aceitunas sobre tierras de migas manchegas, único plato no creado por Félix y cedido para la cena por Rubén Sánchez Camacho, al que siguieron Burrata con algas, polvo de maíz y aceite de sésamo; Salmón marinado con crujiente de obulato y gambas; Taco de Bacalao con crema de purrusalda y guisante de lágrima; Papada Carrasco con cigala y salsa de jugo de carne y el postre, también en formato trampantojo, "Recordando al Camembert". Se mire por donde se mire, todo un festín.
Las caras de satisfacción del público, que contrastaron en la sobremesa con las expresiones de tristeza de los cocineros al rememorar a su compañero, no dejaron ninguna duda sobre la satisfacción de los asistentes. Sin duda, una gran noche.