LA MAGIA DEL RIESLING SE APODERÓ DE LA VINATERÍA
Las verdes riberas del río Mosel protagonizaron el pasado 6 de mayo la interesante cata de vinos de la variedad Riesling que tuvo lugar en la Vinatería de Gros. En el centro del curso de este río (afluente del gigantesco Rin) se halla la mejor zona de viticultura alemana. Como en la mayoría de localizaciones vinícolas, el río hace de eje principal para albergar una multitud de valles y abruptas laderas minadas de viñedos, algunos de ellos de precario firme debido a su tajante inclinación sobre el mismo río. Dos son los pilares donde el vino alemán se apoya: su característico terroir y su variedad de uva blanca, la riesling.
El terroir, o terreno, está marcado ante todo por una climatología bastante adversa. Los viñedos alemanes aprovechan cada rayo de sol y cada grado de temperatura para madurar lentamente, lo que unido a la gran presencia de pizarra en el suelo hace que estos vinos cuenten con unas cualidades de sabor y aroma muy características.
En cuanto a la uva, la Riesling es una de las mejores variedades para transmitir el sabor, el olor y la potencia de allí donde nace. Capaz de producir desde vinos secos hasta los más dulces, siempre con una acidez acorde para no resultar empalagosos. Con esta uva se elabora un amplio abanico de vinos que se ve totalmente arropado por unas cualidades sin igual en cuestión de guarda.
La casa Weinhaus Barzen
Weinhaus Barzen presume de llevar 500 años elaborando vino. Situada en la localidad de Reil, dispone de varios viñedos en propiedad de donde extrae todos los vinos de su catálogo. Alexander Barzen, enólogo y dueño de la bodega, estuvo presente en la cata de la Vinatería de Gros. Alexander explicó como mediante su labor intenta sacar el máximo provecho a todas sus cepas, desde las de origen familiar de mediana edad hasta las de su parcela fetiche, Alte Reben (Cepas Viejas), donde consigue un vino glorioso, capaz de transportarnos sensorialmente a las inmediaciones del cauce del río que lo vio nacer.
Su gama de vinos es muy amplia y en la cata pudieron ser probados los siguientes: el espumoso Riesling Sekt Brut 2011; el Riesling trocken 2012, con un excelente equilibrio de acidez y fruta; el Riesling trocken 2011 “edición cepas viejas 1886”, vino de gran profundidad y mucho potencial para una larga crianza en botella; el Riesling Spätlese feinherb 2011, seco y afrutado, el Riesling Auslese 2010 “edición cepas viejas 1886”, un vino dulce ideal para el postre; y el sorprendente vino de hielo Riesling Eiswein 2007.
La cata resultó terriblemente satisfactoria para los asistentes a la misma, entre los que se encontraban Manu Garrido, somelier de El Mirador de Ulia, recientemente galardonado con el premio Baccus, Xabier Osa del restaurante Urgain de Deba y Aitor Olano del resturante Izkiña de Pasai San Pedro.