EL AMOR VIENE EN “TÁPER”
Los medios para llegar al estómago-corazón de nuestra amada pueden ser insospechados. Es verdad que en esto del erotismo y la comida lo primero que nos suele venir a la cabeza es una cena romántica, con velas, música suave, una iluminación tenue… pero en ocasiones nuestra amada, o crush que se dice ahora, permanece ignorante de nuestros desvelos y no parece percibir las señales que le mandamos, cual pavo real desplegando su cola. También es cierto que los vascos somos de natural tímido y recatado y nos cuesta emitir esas señales. A lo que voy es que a veces no es fácil llegar a ese momento de cena en la intimidad con nuestra vasquita del alma. En el caso de que ella sea una compañera de trabajo o sepamos que se lleva la comida al mismo, podemos prepararle un tupper que definitivamente le haga fijar su atención en nuestra persona y tenga el efecto de que dejemos de ser invisibles para ella.
Necesitamos saber qué tipo de comida le gusta, pero a un porcentaje muy alto de las mozas de hoy en día les pirran las ensaladas, así que le vamos a preparar una espectacular y sobre todo se la vamos a preparar con mimo, para que cuando la vea y se la coma se dé cuenta de lo detallistas que somos.
Vamos a coger algo verde que no sea la clásica lechuga. Las espinacas van de maravilla. Además, tomatitos cherry partidos por la mitad, briñon dulce cortado en gajos (y si no pera que esté dulce o en último caso manzana roja o gajos de naranja repelados), nueces o láminas de almendra tostadas (en este caso se ponen en un botecito aparte) y un queso azul que no sea de los más potentes. La lista es orientativa y siempre podemos centrar más el tiro si conocemos sus gustos. En un bote ponemos sal, aceite y vinagre. De este último podemos echar más cantidad de lo normal porque lo vamos a compensar con una cucharadita de miel, un toque de cúrcuma y una pizca de canela.
Cogemos un cesto que sea cuqui, le ponemos un trapo o servilleta de esos a cuadros rojos y blancos y disponemos el tupper, las almendras, el bote de vinagreta y un bollo de pan de esos especiales de la panadería que conocemos que aún hace pan de verdad.
No tenemos que darle la cesta directamente si no dejarla donde ella la encuentre con una nota sugerente que le dé una idea de quién es esa persona maravillosa que se preocupa por su salud y su disfrute a partes iguales. Evidentemente esto por si solo no nos abrirá las puertas de su alcoba, pero la caminata más larga comienza con un primer paso.
Carlos Lahoz
Miravientos Distributions
ELGOIBAR