ORENDAINGO OSTATUA: El sabor de la sencillez
Texto: JOSEMA AZPEITIA. Fotografía: RITXAR TOLOSA
Vayamos por donde vayamos a Orendain, el trayecto nos dejará maravillados. Tanto si subimos desde Alegia por la pequeña carretera que parte junto al río Oria y serpentea hasta Orendain, como si llegamos del Goierri tras haber atravesado Zaldibia y Abaltzisketa, las vistas del Txindoki y la cordillera de Aralar nos dejarán sin habla. Orendain se halla enclavado en un altiplano precioso y su núcleo urbano es pequeño, coqueto y sencillo. Eso sí, también nos alucinará, al pasar la Iglesia, la vista de la fachada neoclásica del Ayuntamiento, un elegante edificio que parece fuera de lugar en un pueblo formado mayoritariamente por villas, chalets y caseríos.
Es en los bajos de este edificio donde se encuentra el Ostatu local, regentado desde 1994 por el alegitarra Paulo Garaialde y su mujer, Enkarni Garmendia. Cuando se hizo con sus riendas, hacía 5 años que había cerrado sus puertas el último bar de Orendain y Paulo, que contaba entonces 41 años, se puso manos a la obra para dotar a los vecinos de su pueblo adoptivo de un punto de encuentro.
20 años después, este hostelero está satisfecho. Han conseguido una clientela fiel que acude a su restaurante y repite, contentos con la oferta y el precio del mismo. “Nuestra cocina se basa en el producto de aquí. El cordero, los pollos, el queso, los huevos, la verdura, los mondejus... todo lo que podemos lo compramos en los caseríos de los alrededores y lo vendemos a buen precio. Podemos hacerlo, porque somos nosotros los que trabajamos y pasamos aquí las horas que haga falta” nos comenta Paulo que, efectivamente, sólo cuenta con la ayuda de Amelia, una rumana residente en Orendain que habla perfectamente en euskera.
En Orendaingo Ostatua encontraremos todos los días un exquisito menú del día en el que no faltan las ensaladas ni los potajes caseros. “Los jueves siempre servimos alubias y conejo con tomate y pimientos, y hay gente que sube exclusivamente a comer eso”. Los fines de semana, no hay menú, aunque como nos asegura Paulo, “no hay menú porque comer a la carta cuesta entre 20 y 25 euros, aunque pidamos cordero asado, así que la carta de este restaurante es más barata que el menú de fin de semana de muchos otros”.
Orendaingo Ostatua cuenta con un bar que abre todos los días a las 10:45, un precioso comedor con fuego bajo, y desde hace un año, una terraza cubierta con televisión y calefacción que ha aumentado las posibilidades del local. “No queríamos aumentar la capacidad, sino dar un servicio más a los clientes. Así pueden comer al aire libre, y el que tiene niños puede vigilarles mientras estos juegan en los columpios que hay al lado”.
Sin duda, son muchos los alicientes de este restaurante al que merece la pena acercarse si queremos conocer un lugar sencillo y auténtico.
ORENDAINGO OSTATUA
Errosario Plaza. ORENDAIN
Tf: 943 65 30 48
Cierra: Miércoles
NUESTRA DEGUSTACIÓN:
Cocina casera sin artificios elaborada con productos locales
Paulo Garaialde se encarga de acomodar a su clientela y tomarles la comanda a la vieja usanza, sin carta, recitando casi de memoria la oferta culinaria del día, ayudado simplemente de una pequeña libreta. El trato es cercano y agradable y hace que uno se sienta como en casa.