EL HUEVO, DE VILLANO A HÉROE -CONTRADICCIONES EN NUTRICIÓN-
El huevo es el claro ejemplo de las contradicciones en nutrición. No hace mucho tiempo se decía que era un villano porque “aumentaba el colesterol”, y se recomendaba no comer más de tres veces a la semana. En cambio ahora se puede comer sin preocupación las veces que se quiera.
Cómo funcionan los alimentos en nuestro organismo es algo que ha creado curiosidad desde hace muchas civilizaciones. Grecia es un ejemplo de ello, pero hace relativamente poco tiempo que comenzó a estudiarse siguiendo una metodología científica. La nutrición es una ciencia muy joven. A medida que se avanza en el conocimiento hay descubrimientos, reenfoques y rectificaciones.
¿Cómo se realizan los estudios científicos en nutrición? Lo ideal sería un ensayo clínico controlado aleatorizado. Es el que más nivel de certeza da, pero es casi imposible lograr las condiciones que se desean, ya que en nutrición hay muchos factores que se nos escapan, por lo que la mayoría de los estudios son observacionales, y en muchas ocasiones, al ofrecer menor certeza que los anteriores, se puede cometer el error de llegar a conclusiones erróneas.
Para solucionar estos errores se recopilan estudios y se analizan en revisiones sistemáticas y metanálisis que suponen el más alto nivel de evidencia y que permiten llegar a una conclusión con una mayor certeza.
Por otro lado, no todos los estudios se publican. Esto hace que haya un sesgo de información. ¿Y qué supone esto? Un ejemplo: si hay nueve estudios que dicen que el consumo de avena no implica mejoría en un tipo de enfermedad, pero hay un solo estudio que dice lo contrario, este estudio llamaría la atención y se publicaría, lo que transmite la idea, probablemente poco fundada, de que tiene ese beneficio.
Luego están los interese económicos: un determinado productor puede realizar estudios científicos sobre su producto pero solo quedarse con los que tienen conclusiones positivas y descartar los neutros o negativos. Puede que el estudio esté diseñado para sacar conclusiones para quienes financian los estudios.
En ocasiones, también se reconocen errores en investigaciones que se habían hecho de forma incorrecta. Por ejemplo, durante mucho tiempo se investigaron compuestos beneficiosos de alimentos vegetales usando las concentraciones del compuesto en el alimento original. Sin embargo, posteriormente se comprobó que esos compuestos se transforman en nuestro cuerpo, y que las concentraciones en la sangre son muy inferiores a las del alimento. Por tanto, las investigaciones debían repetirse usando concentraciones mucho más bajas.
Más allá de los estudios científicos la publicidad transmite mensajes desfasados e infundados, que como consumidores nos llegan como verdaderos.
También hay muchos tipos de profesionales dentro de la nutrición desactualizados, con falta de conocimiento, con intereses económicos... Es importante saber que el resultado de un estudio concreto no es lo mismo que un cambio en una recomendación nutricional.
Conclusión: es importante saber de donde sacas la información, cuál es la fuente de la que te nutres.
DIETÉTICA
y alimentación
Carolina Rïn
Dietista Colegiada nº 1887