2020, O EL AÑO QUE EL MUNDO CAMBIÓ
Estos casi dos años de pandemia han sido extraños. Y también duros, por qué no decirlo. Profesionalmente mi mundo, el del turismo gastronómico se ha visto afectado de lleno y aunque en algún momento ha parecido que comenzaba a recuperarse, las expectativas a corto y medio plazo son bastante moderadas.
No tengo ni idea de lo que pasará este año, ni de si esta variante post navideña súper contagiosa será la última o después aparecerá una prima hermana peor. Nadie sabe lo que va a ocurrir y es precisamente con esa incertidumbre con la que nos tenemos que acostumbrar a vivir, ya que 2020 siempre será recordado como el año que el mundo cambió. Y nos guste o no, nada será igual. Al menos de momento.
La inestabilidad climática ha puesto a la humanidad ante innumerables retos desde el inicio de la especie, permitiéndonos desarrollar una gran capacidad de adaptabilidad a los cambios y potenciar nuevas habilidades. Tal vez sea ahora momento de pensar en cómo podemos adaptarnos a esta nueva realidad que ha llegado para quedarse.
Creo que en este caso haríamos bien fijándonos en el mundo animal, que nos dio otra gran lección más durante el confinamiento. Ellos, frente a la ausencia de presencia humana, se adaptaron rápidamente, recuperando muchos espacios, naturales, donde hacía muchos años que nadie los veía y urbanitas, conquistando nuevos territorios.
Estos casi dos años de pandemia han sido extraños. Y también duros, por qué no decirlo. Profesionalmente mi mundo, el del turismo gastronómico se ha visto afectado de lleno y aunque en algún momento ha parecido que comenzaba a recuperarse, las expectativas a corto y medio plazo son bastante moderadas.
También a lo largo de estos dos años he tenido que aprender a convivir con este coñazo de bicho del que, de momento y toco madera, que yo sepa no me he contagiado.
Pero he tenido daños colaterales. Mi círculo social se ha visto reducido por precaución y los eventos populares y reuniones sociales a las que solía acudir prácticamente han desaparecido.
Creo que este año no será el último de esta pandemia. Necesitaremos al menos otros dos años más para poder valorar todo esto y empezar a recuperarnos. Mientras tanto no queda otra que tirar de paciencia, creatividad e imaginación.
2022 tal vez sea el año de la reinvención.
TURISMO GASTRONÓMICO
NERE ARIZTOY
Consultora de turismo gastronómico especializada
en sistema alimentarios