Hace ya unos cuantos años, unbuen amigo que pasó una larga temporada estudiando en Estados Unidos volvió diciendo: “es increíble... allí sólo comen hamburguesas”. Por supuesto, nos pareció una exageración... ya se sabe que cuando uno es joven y accede a un lugar en el que los demás ni han estado ni se supone que van a estar en mucho tiempo, se aprovecha para cargar un poco las tintas, contar alguna mentirijilla.... 

Pues en este caso está claro que no lo era. No sólo hemos podido ver con el tiempo gracias a Internet y el cine que eso era verdad, sino que además, aquel modelo que nos parecía tan nefasto y tan increíble ya está implantado, y bien implantado, entre nosotros. 

Recientemente tuvimos que realizar, por encargo de una institución, una guía de bares de pintxos y bokatas en una comarca gipuzkoana. Pues bien, creo que puedo afirmar tranquilamente que aproximadamente un tercio de los mismos, si no más, contaban con hamburguesas en su carta y, es más, me pedían encarecidamente que “destacara sus hamburguesas”. “Es que nuestras hamburguesas son muy buenas” “Es que hacemos hamburguesas premium”... eran algunas de las expresiones utilizadas por los hosteleros mientras yo me hacía crues y entonaba un lastimero aullido por nuestra gastronomía.

La introducción de las hamburguesas ha hecho que la gente asuma que un pedazo de carne picada servida en pan azucarado y completamente cubierta de queso, lechuga, pepinillos, mostaza, ketchup, salsa barbacoa, huevo... sea considerado “premium” o “gourmet” cuando no deja de ser una mezcolanza sin gusto ni sentido de sabores violentos que matan totalmente el sabor de la carne por buena que ésta sea además de suponer una bomba calórica para el cuerpo así como un zarpazo para el estómago y el sistema digestivo. 

El que este producto invasivo, uniformizante y sin gusto se esté imponiendo entre la juventud y entre los que no son tan jóvenes en un lugar en el que hasta hace poco hemos sacado pecho por la calidad de nuestra gastronomía y el carácter diferenciador de nuestra cocina es una clara señal de que algo se está haciendo mal en el seno de nuestra cultura culinaria... pero muy mal..

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ESTUPIDO CONCIENZUDO

JOSEMA AZPEITIA
Coordinador de Ondojan.com