Aitor Buendía pone el dedo en la llaga, tal vez involuntariamente, al hacer una reflexión sobre la importancia que están adquiriendo los grandes centros comerciales en Eibar, sobre un fenómeno que de manera sibilina se está introduciendo en el mundo del comercio y la distribución: la aparición de las grandes cadenas comerciales como baluartes del producto y los productores. 

Como comenta Aitor en su artículo (ver pág. 8), “Eibar y otros municipios han visto proliferar supermercados de la industria de la alimentación. Y la población ha empezado a girar su mirada y acudir a estos centros de compra masiva en detrimento de los pequeños productores, del producto de cercanía, de temporada. Totalmente lícito, pero llama a una reflexión”.

Sin embargo, estas cadenas distribuidoras, de un tiempo a esta parte nos aparecen en los medios como los grandes adalides del producto y el agro. Y no nos extraña ver slogans como “BM con nuestros productores”, “10 compromisos por la salud y la sostenibilidad de Eroski”, “Super Amara con los productores guipuzcoanos”... y lindezas por el estilo. Y lo peor es que nos las creemos. No sólo eso, sino que nuestras instituciones llegan a acuerdos con dichas cadenas apareciendo en la foto de promoción de éstas acentuando su imagen de compromiso con el medioambiente y los pequeños productores e invirtiendo en ello, como no, ingentes cantidades de dinero público. 

La realidad es muy diferente a la que nos pintan estas operaciones de lavado de cara. Las grandes cadenas de distribución ahogan a los pequeños y no tan pequeños productores con sus políticas de precios y promociones y además son excluyentes, con lo que “benefician” solo al productor con el que llegan a un acuerdo, rechazando al resto, mientras con su política comercial van haciendo cada vez más difícil la pervivencia de los pequeños comercios y los mercados donde éstos, al menos, hubieran podido vender sus productos.

Y lo peor es que los que desde sus poltronas dicen defender el pequeño comercio y los productores aplauden este circo. En breve vamos a ser testigos en Donostia de cómo un mercado centenario como es La Bretxa se le ofrece en bandeja a una multinacional como LIDL para que pueda ampliar su ya nada despreciable supermercado en Plena Parte Vieja mientras los pequeños productores que ocupan sus puestos ven reducido su espacio y, por supuesto, no participan en el reparto del pastel más que como espectadores con las manos cada vez más atadas.

+ ARTÍCULOS RELACIONADOS

ESTUPIDO CONCIENZUDO

JOSEMA AZPEITIA
Coordinador de Ondojan.com