IKAITZ: DIEZ AÑOS PINTANDO MARAVILLAS EN GROS

| nº 144 | septiembre 2016
IKAITZ: DIEZ AÑOS PINTANDO MARAVILLAS EN GROS Imagen 1

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Está claro que Gustavo Ficoseco se equivocó con su vocación. Lo suyo no es la cocina sino la pintura. Sus platos no son platos, son lienzos, son cuadros, son auténticas obras de arte. La expresión "comer con los ojos" en pocos sitios tiene tanto sentido como en este escondido restaurante de Gros, uno de los "tapados" de Donostia, un lugar que si hubiera estado a pie de calle en la Parte Vieja hubiera arrasado, pero que al igual que la mayoría de las casas modestas, ha tenido que lidiar contra la crisis y todo lo que ello ha traído consigo: readecuación de la oferta, exceso de gastos fijos, recortes, sangre, sudor y lágrimas (que se lo pregunten a cualquier pequeña empresa, incluida a la que está detrás de esta modesta publicación gastronómica).

El caso es que, lejos de sucumbir, el dicharachero chef argentino Gustavo Ficoseco y su esposa, la zarauztarra Estefanía Valenciaga Zulaika han logrado alcanzar su primera década al frente del negocio (el Ikaitz cumple 10 añitos a su cargo el 31 de agosto) sin tirar la toalla y, lo que es más importante, sin tirarse los trastos uno a otro, porque mira que no debe ser fácil eso de compartir con la media naranja hasta la jornada laboral. Pues va a ser que no, por lo menos en el caso de Gustavo y Estefi que confiesan estar encantados, "es más, seguimos yendo juntos a todas partes cuando no estamos trabajando".

Además, y lo que es más importante, como fruto de su esfuerzo, Gustavo y Estefi han conseguido una clientela fija y fiel, que tras llegar tentada por sus atractivos menús, va atreviéndose, cada vez más, con la carta, que es el terreno en el que Gustavo y su equipo, comandado por el zarauztarra Javi, dan realmente el do de pecho.

Nos adelantamos a la celebración de los primeros 10 años y hace unas semanas estuvimos en Ikaitz. Probamos algunos platos del excelente menú del día como la Ensaladilla rusa al txangurro con brocheta de mar y aceite de cítricos (foto inferior), o los Txipirones Pelayo, un guiño al pueblo natal de Estefanía. Gozamos hasta el éxtasis culinario con platos de carta como el Atún rojo con tomate concassé y cebolla caramelizada, y nos derretimos de gusto con propuestas de su menú de fin de semana como el Rabo estofado sobre crema de patata.

El fin de fiesta fue dulce, muy dulce (hay que tener en cuenta que Gustavo, que se inició en Lyon con Paul Bocusse es un gran cocinero pero, sobre todo, un grandísimo repostero). Empezó con un postre ligerito, la Manzana (ver foto) en tres texturas (natural ligeramente caramelizada, en sabayón de sidra y en helado) y siguió con el postre en el que sucumben todos los amantes del chocolate: la Tentación semifría de chocolate, que lleva, como no, crema de chocolate, clara de huevo, cointreau... y se complementa con una sabrosa sopa de mango y fruta de la pasión. Ambos postres se encuentran habitualmente en la carta del Ikaitz.

Una auténtica delicia el rato pasado en Ikaitz, un local especialmente indicado para pequeños grupos, reuniones de trabajo, parejas... escondido, acogedor, cálido... este pequeño restaurante, actualmente el mejor valorado en Donostia por la prestigiosa guía "El tenedor", sorprenderá, muy agradablemente, a todo el que traspase su umbral.

Zorionak, Ikaitz, zorionak Gustavo eta Estefi, eta urte askotarako !!

 

IKAITZ
Pº de Colón, 21 (Gros) - DONOSTIA
Tf: 943 29 01 24
www.restauranteikaitz.com