LA CUEVA: 50 años de tradición familiar
- Texto: JOSEMA AZPEITIA. Fotografía: RITXAR TOLOSA
En una ciudad con una oferta hostelera como la de Donostia, pocos son los negocios que alcanzan los 25 años de vida. No digamos ya lo que supone cumplir 50 años. En el caso de La Cueva, además, estamos hablando de un restaurante que llega al medio siglo de existencia de la mano, siempre, de la misma familia. Ahí es nada.
Fue el 31 de julio de 1960 cuando Mari Amago y Joaquín Salvador se lanzaron a la aventura de abrir un bar en una de las más bonitas casas de la Parte Vieja. De hecho, es uno de los pocos que sobrevivió al pavoroso incendio del 31 de agosto de 1813.
Por aquel entonces, los bajos de la casa que miran a la Plaza de la Trinidad acogían tres pequeños almacenes, cuyas tres puertas todavía se conservan en La Cueva. Inicialmente, Mari y Joaquín adquirieron el pequeño local que hoy es el bar del restaurante. En poco tiempo se hicieron con los dos locales adyacentes, que comunicaron entre sí y en los que instalaron la cocina y el comedor. A los pocos años se añadió la terraza atoldada que en la Semana Santa del año pasado conoció una profunda reforma y así ha permanecido este local hasta nuestros días, manteniendo una oferta gastronómica que ha estado casi invariable a lo largo de los años.
Y es que en La Cueva hay platos que se mantienen desde el principio, como los exquisitos Pinchos morunos, los Riñones, los Champiñones a la plancha...
Al fin y al cabo, ese es el secreto de La Cueva: Una cocina muy tradicional, de ama de casa, preparada con mucho cariño. La plancha es la principal seña de identidad del local. Siempre caliente y a punto, en ella se preparan exquisitos pescados del Cantábrico, destacando el Bonito en temporada. En carnes destacan las Chuletillas de cordero o el Entrecot. Además, La Cueva sirve una típica cocina tradicional donostiarra con platos como Sopa de pescado, Chipirones en su tinta, Bacalao con tomate...
Comentario aparte merece el bar, auténtica Cueva plagada de objetos de colección (Llaves, billetes, azulejos...) en la que podemos degustar ricos embutidos ibéricos, raciones y un exquisito cóctel de frutos secos tostados al momento que se elabora varias veces al día para que siempre esté en su punto.
Hoy, medio siglo después de su apertura, La Cueva sigue manteniendo el sabor de lo auténtico. Mari disfruta de un merecido retiro aunque todos los días pasa por el local para saludar a la clientela y ver si todo va bien. El negocio lo dirigen sus hijos, Guillermo y Fuensanta, que le han dado tres nietos y mantienen el carácter familiar y casero que siempre ha distinguido a este restaurante.
LA CUEVA
Pza de la Trinidad (Parte Vieja) - DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN
Tf: 943 42 54 37
Cierra: Lunes
NUESTRA DEGUSTACIÓN:
Cocina casera, sabores de antaño y gran dominio de la plancha
Nuestro anfitrión, Guillermo Salvador, peca a veces de modestia al presentar su cocina. “Es que aquí no hay nada original o creativo, es la cocina de siempre...” de todas formas también admite, pues lo sabe muy bien, que ahí radica precisamente su grandeza, en haber permanecido casi inmutable a lo largo de cincuenta años.